«Ojalá me pase algo…» 

«Desde pequeña siempre veía discutiendo a mis papás y hasta llegaban a los golpes. Por esa situación llegué a desear la muerte aun siendo una niña. Me sentía triste y en la adolescencia comencé a cortarme, a beber alcohol y a fumar. De repente estaba muy débil; los especialistas me diagnosticaron con anemia hemolítica autoinmune. Asimismo, mis riñones estaban a punto de dejar de funcionar y me dijeron que probablemente padecía lupus. 

Solo tenía 15 años cuando comencé con las quimioterapias, fue un proceso doloroso, no podía levantarme, duraba una semana sin comer pues hasta el agua la vomitaba; se me caía el cabello y adelgacé muchísimo. Mis padres trataban de darme palabras de aliento y en su afán de ayudarme me llevaron a las limpias, pero solo aumentaron las crisis de ansiedad y de pánico. 

Conocí la Universal a través de una amiga de mi mamá. El primer día que acudí, me sentí tranquila y se fue el miedo. Aunque seguían los problemas en casa, pude descansar. Conforme fui escuchando de la Palabra de Dios mis pensamientos cambiaron y, por medio de mi fe, dejé todo lo que me dañaba. Hice a un lado el orgullo y se fue el odio que sentía hacia mis papás. 

Cuando escuché hablar del Espíritu Santo, me entregué por completo y Dios me llenó con Su presencia. Antes vivía al día, pero mi visión cambió, tenía ganas de estudiar, trabajar y en unos meses dejé las quimioterapias. Hoy ya quiero a mi familia y el Espíritu de Dios fue un nuevo inicio para mí, me regresaron las ganas de vivir y ya no me siento sola. Ahora sé que todo es posible para aquel que cree.» -María Victoria Bautista  

Reunión de Sanidad

Si esta es tu situación o la de algún ser querido, te invitamos a participar en la Reunión de Sanidad. El encuentro tiene como objetivo enseñar a las personas a usar su fe para cambiar su situación de salud. Te esperamos todos los martes en la Universal más cercana.

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La Universal aclara que todos los conceptos emitidos en este sitio web, así como la programación de radio y de televisión, son cuestiones de fe, en modo alguno deben ser interpretados como elementos con atribuciones terapéuticas, sin demérito de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJES DE CONSULTAR A TU MÉDICO.