Nada que perder: un éxito en taquilla nacional desde la pre-venta

A un mes de haberse exhibido en las salas de cine de Brasil, Nada que perder se ha convertido en un éxito en taquilla nacional. Más de 11 millones de personas ya vieron la trayectoria real de Edir Macedo en las salas de cine. Además, esta película revela que este hombre tenía todos los argumentos para desistir, pero su fe inquebrantable, le ayudó a superar todas las adversidades.

En su pre-estreno, Nada que perder reunió celebridades y autoridades para una sesión especial. Después del estreno oficial, el filme se convirtió en un ejemplo de inclusión social, ya que no solo se exhibió en las salas de cine, también en más de 200 reclusorios en diversos estados.

Asimismo, por medio del proyecto Cine Solidario, en su traducción al español, la obra llegó a ciudades donde no existen cines, tales como orfanatos, asilos y a las personas de ciudades lejanas. Incluso, alcanzó a indígenas y a ex-reclusos. De igual forma, llegó a gente de todas las clases sociales, edades, colores y creencias.

Esta súper producción despertó opiniones del público por todo Brasil y también reveló la fe sobrenatural de muchos. Desde el 10 de mayo, esta película llegó a México y se encuentra en los mejores cines del país. ¿Aún no la has visto? Podría ser una buena opción para pasar el rato en familia y al mismo tiempo, dejarle una enseñanza de fe y superación a cada uno que la integra.

Al ver la película, recibieron una respuesta

Isa

“Desde que nací sufrí asma, pero desde hace dos años empeoró al 100 por ciento. Usaba un nebulizador las 24 horas del día y tres inhaladores en 15 días.

Cuando fui a ver la película, una voluntaria de la Universal me dio el pañuelo que el Obispo Edir Macedo había consagrado y al ver la escena que la hermana de él tiene una crisis de asma, sentí que fui curada.

Desde entonces, no volví a usar el inhalador ni el nebulizador, mi salud se transformó. Hoy puedo dormir porque Dios cambió mi vida”

Eva

“Tenía una enfermedad desde hace 10 años que ni los médicos sabían que era.

Usé el lienzo que me dieron al asistir a ver “Nada que perder” del Obispo Macedo con mucha fe. Tres días después, mi piel quedó perfectamente limpia, sin enfermedad y sin ninguna marca”.

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