“Mi hija necesitaba un trasplante de riñón”
“Fueron 40 años de sufrimiento.
Vengo de una familia donde había carencias, éramos 10 hermanos y algunos comíamos, otros no; o bien, íbamos a recoger comida de la basura de los mercados. Esto pasaba porque mi padre siempre estaba alcoholizado y se desentendía de nosotros; mi madre lavaba ropa ajena para sustentarnos, pero aun así no podía.
Cuando llegué a la adolescencia, conocí a quien ahora es mi esposo y me casé con el pensando que mi vida iba a ser diferente. Al inicio, fue buena nuestra relación, pero con la llegada de nuestros hijos ya no fue lo mismo porque uno de ellos enfermó del riñón y los médicos dijeron que necesitaría un trasplante. Esto hizo que recurriera a brujos con tal de encontrar una salida, ¡todo empeoró!
Por mi parte, empecé con tormentos espirituales: sentía que se me subía el muerto y ese espíritu maligno me tocaba sexualmente. Esto provocó un rechazo hacia a mi pareja, quien pensaba que le estaba siendo infiel, pero en realidad me sentía muy mal por esos acontecimientos. Además, ambos nos insultábamos.
Llegué a pensar en suicidarme abriendo las llaves del gas, pero nunca me atreví. Cuando mi matrimonio estaba al borde de la separación, mi economía por el suelo y mis hijos enfermos física y espiritualmente fue cuando conocí a Dios.
Participando en la Universal, recibí una oración que me dio paz y seguridad de que a partir de ese momento, las cosas empezarían a ser distintas. Conforme asistí, mis hijos sanaron y mi matrimonio se restauró.
Fue un proceso que requirió fe y sacrificio, pero de la mano de Dios, lo logramos”. Martha Patricia Flores.
Si quieres conocer su historia completa, ve el siguiente vídeo:
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