Los quistes ováricos son más peligrosos de lo que crees

Los quistes ováricos son sacos cerrados que contienen líquido. Por lo general, se trata de tumores benignos que no necesitan intervención, según el portal Salud 180, a veces se revientan por sí solos. Son tan comunes que una mujer puede padecer uno al menos una vez en la vida sin percibirlo.

El problema surge cuando se detecta que son malignos, siendo la principal causa de muerte por cáncer ginecológico. Según la Secretaría de Salud, en el 2013, más de tres mexicanas murieron al luchar contra el tumor en la matriz.

En otros casos, el quiste llega a crecer demasiado. Recientemente en el Hospital Rural de Zongólica, Veracruz, se le detectó a Tabita Tzontehua, de 26 años, un quiste de 6 kilos en su ovario. Esto llamó la atención de los periódicos. Ella tenía que ser operada de emergencia, si no, moriría.

El caso de Tabita fue un éxito que no siempre se logra en todas las mujeres. Algunas tienen que sufrir constantemente con la aparición de quistes o bien hacerse revisiones periódicas para detectarlos a tiempo.

Por eso, Salud 180 resume los siguientes síntomas, si los tienes, programa un estudio con tu médico:

• Inflamación del abdomen bajo
• Dolor al orinar y dificultad de vaciar la vejiga
• Menstruación irregular
• Dolor en el acto sexual

“Tuve miomas y…”

Blanca Isela Razo

“Disfuncional era la palabra que definiría a mi familia en el pasado. Por tantos problemas que tenía, caí en una depresión muy fuerte donde ni dormir podía.

Las enfermedades no tardaron en llegar y después de diversos estudios médicos me dijeron que tenía miomas, eso hizo que decayera mi ánimo mucho más.

A base de medicamentos fuertes era como sobrellevaba la enfermedad. Busqué ayuda en todos los lugares posibles, pero en ningún lado la encontré

‘¿Por qué me abandonaste Dios? Si creo en Ti ¿por qué estoy enferma? ¿Por qué no me escuchas?’, me preguntaba desesperada sin obtener una respuesta positiva.

Pero no era la cruz que me había tocado cargar, como yo creía y en la Universal lo entendí.

Al aprender a usar la fe, mi vida giró al 100 por ciento de forma extraordinaria. Luego de mostrarle mi confianza a mi Señor, me respondió brindándome una salud perfecta.

Deposité mi fe en Él y restauró mi ser en todos los sentidos”.

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