La verdad sobre los ansiolíticos
Son los tranquilizantes y relajantes, y reducen el estado de alerta. Son medicamentos recetados y supervisados por los médicos. Se convierten en drogas al ser utilizadas por cuenta propia. También activan el Sistema de Recompensa, liberando más dopamina, lo cual refuerza el consumo. Por lo tanto, son adictivas.
Efectos en el Cerebro
Todas las benzodiacepinas estimulan los mecanismos de nuestro cerebro, mecanismos que normalmente combaten estados de tensión y ansiedad. Así, debido a las tensiones del día a día o por causas más serias, cuando determinadas áreas de nuestro cerebro funcionan exageradamente, dando como resultado un estado de ansiedad, las benzodiacepinas ejercen un efecto opuesto, es decir, inhiben los mecanismos que funcionaban de manera exagerada y la persona se tranquiliza como si estuviera desconectada del medio ambiente y de los estímulos externos.
Como consecuencia de esta acción, los ansiolíticos producen una depresión de la actividad de nuestro cerebro que se caracteriza por:
- Disminución de la ansiedad
- Inducción del suelo
- Relajamiento muscular
- Reducción del estado de alerta
Es importante notar que estos efectos de los ansiolíticos benzodiacepínicos son alimentados considerablemente por el alcohol, y la mezcla alcohol + drogas puede llevar a una persona al estado de coma. Además de esos efectos principales, los ansiolíticos dificultan los procesos de aprendizaje y memoria, lo cual, evidentemente, es bastante perjudicial para las personas que habitualmente utilizan estas drogas.
Finalmente, es importante recordar que estas drogas también perjudican partes de nuestras funciones psicomotoras, perjudicando actividades como manejar automóviles, aumentando la probabilidad de accidentes.
Aspectos generales
Cuando las benzodiacepinas son usadas durante algunos meses seguidos, pueden llevar a las personas a un estado de dependencia. Como consecuencia, sin la droga el dependiente empieza a sentir mucha irritabilidad, insomnio excesivo, sudoración, dolor en todo el cuerpo, pudiendo presentar, en casos extremos, convulsiones. Si la dosis tomada ya es grande desde el inicio, la dependencia se produce aún más rápidamente. También se desarrolla la tolerancia, aunque esta no sea muy acentuada, es decir, la persona acostumbrada a la droga no necesita aumentar muchas veces la dosis para obtener el efecto inicial.
Si usted necesita ayuda, conozca el método para liberarse, por medio de su fe, de las adicciones. Asista gratuitamente a las 3 de la tarde en el Santuario de la Fe, en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya.
Fuente: Ángeles Caídos, Içami Tiba. Editorial Gente, 6ª edición. Fuente: CEBRID —Departamento de Psicobiología— Escuela Paulista de Medicina
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