La parábola de los Talentos: he aquí lo usted que necesita saber
Entienda qué quiso enseñar el Señor Jesús con esta historia
Poniendo la Biblia en práctica
El tema central de la parábola de los Talentos es el trabajo. Es decir, quien recibe de Dios el entendimiento de Su mensaje necesita compartir lo que recibió con otras personas. Además de eso, es necesario, obviamente, poner en práctica lo que se aprendió.
En otras palabras, Cristo desea que Sus seguidores aguarden Su venida con prudencia y paciencia—representada por el señor que hizo el viaje y regresará— mientras trabajarán para Su Reino.
“Los talentos son los recursos, cualidades, condiciones y habilidades concedidos por el Espíritu Santo para Sus siervos para que ellos lo usen a Su servicio. En esta parábola, los talentos fueron distribuidos de acuerdo con la capacidad de cada siervo. Esa capacidad no significa aptitud, escolaridad o inteligencia, sino valor para asumir la fe, desprenderse de todo lo que posee y entregarse totalmente al trabajo de la Salvación de los perdidos. Por lo tanto, quien más se entrega al ganar almas, más talentos recibirá del Espíritu Santo”, señala el obispo Edir Macedo.
¿Qué hacer con los talentos?
Todos nosotros recibimos esa responsabilidad del Señor Jesús. Cabe notar que el hombre de esta parábola deja el encargo para sus siervos. De ese modo, la orden no es para todas las personas. Sino para las que dicen pertenecer al Reino de Dios.
El siervo “bueno y fiel” con certeza haría de todo para aprovechar al máximo los talentos que le fueron confiados por el Altísimo. Cabe observar que no es un peso injusto colocado por Dios, porque cada uno fue evaluado según lo que podría ofrecer. Por ejemplo, un siervo devolvió 10 talentos y el otro devolvió 4, pero ambos doblaron las cantidades iniciales que recibieron.
El siervo malo y negligente
Aquel que escondió su talento nos hace recordar a las personas que se apoyan en la “falta de tiempo”, “falta de recursos” o “falta de oportunidades” para no trabajar para el Creador. Porque el siervo podría haber hecho algo con aquel único talento que tenía. Era poco, pero era el que estaba bajo su responsabilidad.
“El siervo malo y negligente no correspondió a las expectativas de su señor. Él no actuó como sus dos compañeros porque tenía malos ojos con respecto a su señor. De ese modo, a causa de su malicia, fue lanzado a las tinieblas. Eso muestra que el siervo malo no busca la gloria para Dios, sino para sí mismo, pues es vanidoso, orgulloso y falso en el servir. Además de eso, está más preocupado en agradar a los hombres que al Todopoderoso”, agrega el obispo Macedo.
Un día se llevará a cabo la rendición de cuentas
Hay un peligro que se relaciona a esta parábola del Señor Jesús, alertado por el apóstol Pedro. En una de sus cartas, él señaló que hay personas que cuestionan la venida de Cristo, a causa de su aparente “demora”. Y, por eso, dejan de poner en práctica el Mensaje (2 Pedro 3:3-4). No obstante, el apóstol sigue recordando que en los tiempos de Noé, las personas también dudaban del diluvio. Y fueron tomadas por sorpresa.
¿Quiere saber más del tema? Entonces, participe en las reuniones de miércoles y domingo que se lleva a cabo en el Santuario de la Fe, en Av. Revolución núm. 253, Col. Tacubaya, y en todos los Centros de Ayuda Universal.
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