La mujer del pasado y la mujer de hoy

La mujer del pasado: muchas diferencias

Aunque las mujeres de hoy creen estar mejor que antes, Cristiane Cardoso, coautora del libro Matrimonio Blindado, resalta que esto se da por el hecho de haber conquistado muchas cosas en el transcurso de las décadas: tales como la carrera, el dinero, la vida estable, entre otros. Sin embargo, aun así —resalta— falta algo.

Y Ester Bezerra, autora del libro La dama de la fe, logra identificarlo fácilmente: “Ellas están dejando mucho qué desear. En mi época yo veía a las mismas mujeres que existen hoy, solo que eran minoría: estaban las que trabajaban lejos, las que tenían vicios, pero eran muy pocas, sin embargo, no era como hoy, en que casi todas son así”.

Según Ester, sí había divorcios, pero era algo muy esporádico: “un caso entre mil”, resaltó.

Pero, hay quien dice que la cuestión del divorcio no ocurría con tanta frecuencia porque las mujeres sufrían calladas, aguantaban horrores y se mantenían infelices solo para no separarse.

La mujer del pasado valoraba más a la familia

“En realidad, las mujeres del pasado sabían valorar a la familia, entonces, por ejemplo, en el caso de un divorcio, ellas no cedían por pensar en los hijos; lo cual no sucede ahora”, dijo Ester.

Y continúa: “Las madres, los padres, no piensan en los hijos, en las consecuencias, en lo que va a reflejar en la vida de aquellos niños el hecho de tener a sus padres separados, o de convivir con la pareja de la madre, del padre. Para un niño es muy difícil entender todo esto”.

No obstante, la alternativa de estas mujeres no era estar sufriendo en aquel matrimonio, sino que —según Ester— ellas sacrificaban por el bien de la familia, de los hijos.

“Ellas tenían el talento de hacer más por la familia. Tolerar, esperar, es decir, ellas aguantaban mucho más que las mujeres de ahora, que —muchas veces— no pasan ni uno o dos meses casadas y ya no están soportando más”, enfatiza.