“La fe me curó de la depresión”, afirma Dwayne Johnson
Dwayne Johnson fue anunciado como protagonista de una de las producciones principales de DC Comics, productora de películas de superhéroes y responsable, por ejemplo, de las franquicias de Batman y Superman. El actor le dará vida al villano Black Adam, uno de los mayores personajes de la historia de la marca.
Desde 2014, Johnson está involucrado con el personaje. Al principio, él haría una participación en otra película, Shazam. El talento y el éxito del actor en trabajos recientes, sin embargo, le rendirán la oportunidad de ser la estrella del largometraje de superhéroes.
En los últimos años, Johnson protagonizó varias películas que se convirtieron en un éxito en el mundo entero, como Terremoto: La falla de San Andrés, Hércules y la franquicia de Rápidos y Furiosos. Pero quien conoce su carrera ahora tal vez no se imagine que él estuvo cerca de desistir de la propia vida.
La depresión de “The Rock”
Dwayne Johnson era un brillante jugador de fútbol americano en la juventud. A los 19 años de edad ganó el campeonato nacional con su equipo, Miami Hurricanes, pero fue obligado a retirarse temporalmente del deporte a causa de una lesión. Al año, fue contratado por un equipo canadiense, sin embargo, sin el desempeño del año anterior, resultó despedido.
“Todos los sueños que tenía desaparecieron. No habría más fútbol. Fue mi peor momento”, afirmó Johnson en una entrevista del sitio Hollywood Reporter. Yo no quería hacer nada. Yo no quería ir a ningún lugar. Yo lloraba constantemente. Llega un momento en el que tú solo lloras”.
Esa depresión duró aproximadamente 1 mes, tiempo suficiente para desesperar a la familia de la estrella. Él era un joven que le dedicaba toda su vida al fútbol y, de repente, vio sus objetivos siendo destruidos. En todo ese tiempo, permaneció dentro del departamento en el que habitaba, prácticamente inmóvil, sin expectativas de un futuro mejor.
La situación duró hasta que el joven se dio cuenta de que podría apoyarse en algo más grande que él.
“Descubrí que en la depresión una de las cosas más importantes de las que debes darte cuenta es que no estás solo”, afirmó en un video para el programa de televisión Oprah’s Master Class. “Simplemente te sientes como si estuvieras solo. Y sientes como si tú y solo tú estás en una burbuja”.
Para salir de esta burbuja de resentimientos, el actor contó con una ayuda inesperada, que se le reveló en aquel momento y lo acompaña hasta hoy: la fe.
“Solo debes recordar: aférrate a la cualidad fundamental de la fe. Ten fe. Y del otro lado de tu dolor existe algo bueno”.
Johnson llegó a ser llamado para regresar al equipo de fútbol americano, pero declinó la invitación por sentirse más dispuesto para practicar lucha libre. Al final de los años 90, era considerado uno de los mayores luchadores de la historia de la modalidad, en la cual obtuvo el sobrenombre “The Rock” (La Roca).
A principios del año 2000, aceptó invitaciones de Hollywood y actuó en la película El regreso de la Momia y El Rey Escorpión. Hoy es uno de los actores de mayor éxito en el mundo.
Solamente la fe cura
En toda su carrera, “The Rock” ha resaltado en entrevistas la importancia de su fe en Dios para vencer los obstáculos, así como su compañero de Rápidos y furiosos, el actor Tyrese Gibson. Ese es el mensaje que les lleva, por ejemplo, a los niños en estado terminal atendidos por su institución de caridad, Dwayne Johnson The Rock Foundation.
“Dudo que haya medicina que cure la depresión, así como también dudo que algún practicante de la fe en la Palabra de Dios sea depresivo. Desde el punto de vista espiritual, la depresión no es nada más que un estado permanente de duda”, afirma el obispo Edir Macedo.
“Yo quería tener a alguien en aquellos tiempos que simplemente colocara dentro de mí la frase: ‘Oye, todo va a estar bien’”, afirmó Johnson. Para él, ese Alguien fue Dios. Y para usted también lo puede ser.
Si usted está pasando por un momento de dificultad, asista al Centro de Ayuda Universal más cercano a su domicilio, o bien, puede marcar al (01 55) 5574 3266 o enviar un mensaje al 55 59 52 05 93, donde un pastor podrá orientarle y ayudar. Todas las conversaciones se mantienen bajo confidencialidad total.
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