La búsqueda desenfrenada por la apariencia perfecta

A mucha gente le sale mal e incluso pierde la vida a causa de tratamientos estéticos sin ninguna garantía o seguridad

Los casos de personas que corren riesgo e incluso mueren en nombre de la estética están en todo el mundo. En Inglaterra, las llamadas “fiestas de bótox” han ganado terreno y ayudan a que ese número aumente. En ellas, los invitados se aplican esta toxina con precios reducidos e incluso gratis, pero sin ninguna garantía o seguridad.

Adicción a las cirugías plásticas

Un caso preocupante es el de la británica Aimi Veness, de 43 años. A los 25 ella empezó a aplicarse bótox y, con el tiempo, siguió haciendo varias alteraciones en su cuerpo. De momento, ella ha gastado más de 100 mil libras (más de 2 millones 400 mil pesos) en procedimientos estéticos, que incluyen relleno labial, silicona, modificaciones en los párpados, glúteos, aplicación de hormonas, entre otros.

Uno de estos procedimientos hizo que desarrollara fibromialgia, una enfermedad crónica que causa dolor y debilidad muscular general. Sus implantes también trajeron problemas, pero ni así ella pretende detenerse. “Yo prefiero tener ese dolor y mantener mis senos, creo que el riesgo vale la pena. ¡Por lo menos estaré bonita en mi féretro!”, afirmó. Mientras algo fatal no suceda, Aimi continúa alterando su apariencia

Sin límites

La mayoría de las personas asocia la belleza con algo externo como tener cuerpo, cabello o rostro bonitos, pero no es así.

“Sería mucha injusticia asociar la belleza con la apariencia de las personas, pues esta es temporal, al final, las personas envejecen, engordan, cambian. Si toda nuestra belleza está en el exterior, no hace la diferencia en la vida de nadie, es una simple decoración”, opina la escritora Cristiane Cardoso.

Prueba de eso es que, por más que hagan modificaciones en sus cuerpos, muchas mujeres continúan insatisfechas, pues ser bonita no es sinónimo de poseer amor, verdaderas amistades, alegría, ser agradable. Por eso, la prioridad debe ser la inversión en la belleza interna, que solo mejora con el tiempo. Pero ¿cómo hacer eso?

De acuerdo con Cristiane, es necesario dejar de darle valor excesivo a la apariencia externa y valorar las cualidades y características que los ojos no pueden ver. “Cambie el enfoque y deje de depender de la opinión de los demás. Acéptese, ámese, vea más allá de lo que muestra el espejo. Entienda que su interior es lo que hace que su exterior brille, aun sin maquillaje”, dijo.

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