Hoy, a nivel mundial se celebra la neutralidad

La neutralidad de un país implica abstenerse de participar en una guerra. Pero en el plano espiritual eso es imposible

En febrero de 2017, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió establecer que el 12 de diciembre sería el Día Internacional de la Neutralidad.

En este contexto, la neutralidad se define como “la abstención de un Estado de toda participación en una guerra entre Estados, el mantenimiento de una actitud de imparcialidad hacia los beligerantes y el reconocimiento por parte de los beligerantes de esta abstención e imparcialidad”, según la ONU.

Además, de acuerdo con el artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas, este obliga a los Estados que son miembros de la ONU a resolver las disputas internacionales por medios pacíficos.

En ciertos casos, (como el anterior) es posible evitar guerras y conflictos, no solo internacionales o nacionales, también en situaciones a nivel personal. Pero existe un tipo de enfrentamiento inevitable, que se encuentra en un plano que muchos ignoran: el espiritual.

La estrategia del mal para derribar a los que son de Dios

Puede parecer extraño, pero, ante innumerables victorias, esta ha sido ejecutada sigilosamente.

El diablo nunca desiste de cumplir su propósito que es el de matar, robar y destruir (Juan 10:10). Cuando él no logra impedir que la persona conozca a Dios, por ejemplo, entonces, cambia de estrategia y empieza a trabajar, a fin de hacer que los que conocen al Altísimo se exalten.

¿Y eso qué significa?

Vamos a analizar el siguiente pasaje bíblico, en el que Dios habla con David:

“Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho el Señor de los Ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra” (2 Samuel 7:8-9).

Aquí, Dios se presenta como el Señor de los Ejércitos —y ejército hace referencia a la guerra—, para que David no olvidara que llegó a donde llegó, es decir, a rey en Israel, no porque se había convertido en un guerrero experimentado y mejor que los demás. Sino porque Dios estaba con él.

Sin embargo, muchos olvidan de dónde salieron y cómo Dios los encontró y cómo ha estado con ellos. De esta manera, empiezan a creer que sus vidas han tenido éxito porque son más usados por Dios o más ungidos. Que tienen más fe o sacrifican más. Es decir, que crecieron por medio de sus propios recursos.

La persona deja de depender de Dios y de colocarlo como el centro de su vida. Olvidan lo que el Señor Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y Yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).

Peligro inherente a todos

No depender de Dios genera debilidad, pérdida de la visión espiritual y, fatalmente, el riesgo de perder la Salvación del alma. Como lo dicen las Santas Escrituras, es necesario revestirse de toda la armadura de Dios para continuar firme en la fe, incluso después de haber resistido las luchas (Efesios 6:13).

Y que, al igual que el apóstol Pablo —que no se consideró ser alguien importante y en todo el vigilaba—, no se dejó llevar por las emociones humanas. “… sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:27).

Permanezca siendo siervo del Altísimo

Reconocer que depende de Dios en todo es una característica de todo aquel que se coloca en la posición de siervo del Señor. Su mayor placer está en cumplir la voluntad del Padre sabiendo que toda honra y gloria le pertenecen, exclusivamente, a Él.

Por esa razón, todos los miércoles se lleva a cabo la Escuela de la Fe. En el Templo de los Milagros, ubicado en Av. Revolución núm. 253, Col. Tacubaya. Los horarios son 7:30 a. m., 10 a. m., 12 p. m., 4 p. m. y, especialmente, a las 7 p. m. O si lo prefiere, asista a la Universal más cercana a su domicilio. Consulte aquí la lista de direcciones. ¡Agéndelo y participe!