Godllywood Autoayuda: ¿cuál es el valor que Dios nos da a todas las mujeres?

Por desconocer esto, en lugar de verse como el propio Dios las ve, muchas se dejan llevar por el valor que los demás les dan. Incluso ellas mismas se miran con ojos de crítica, desprecio y malos ojos, sobre todo por los fracasos que llegan a rodearlas. Al fijarse solamente en cómo las demás las miran, se sienten menos delante de otros, pensando que ellos tienen derecho a la felicidad, excepto ellas mismas.

Muy por el contrario, la manera en que Dios nos ve a todas es diferente, pero ¿cómo?

La respuesta se reveló para miles de mujeres que, desde diferentes puntos de la República Mexicana, no se perdieron el último encuentro del año del Godllywood Autoayuda, realizado el pasado 2 de diciembre:

«Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados» (Efesios 5:1).

En resumen, Dios nos ve a todas como hijas amadas.

Una vez que les transmitieron este aprendizaje, se destacó que por esa razón absolutamente nadie puede definir su valor, ni siquiera el marido, los hijos o las personas que en el pasado les hicieron daño. Solo hay un Señor en esta vida que puede definir nuestro valor: el Señor Jesucristo, quien dio Su vida en la cruz por todas.

Ahora bien, con base en el versículo anterior, la Biblia da un consejo: imitar a Dios. Pero ¿cómo y por qué hacerlo?

Para explicar, fue necesario volver al pasado. En la creación, Dios preparó todo para la llegada del hombre. Y no solo suplió todas sus necesidades, sino que, sobre todo, Su presencia estaba con Adán y Eva. No obstante, el hombre desobedeció; esto trajo como consecuencia que se apartara de Dios.

Sin embargo, en esa acción también está la respuesta para construir nuestra comunión con Él: si la desobediencia nos aleja, entonces, la obediencia nos acerca al Señor. Y no solo eso, obedecer también es la clave para tener una vida cambiada.

Esto nos regresa a las respuestas de la pregunta: si lo que quieres es imitar al Padre, que te valora como hija amada, por consiguiente, necesitas vivir en obediencia a Su Palabra. La cuestión es que no es posible hacerlo sin antes tener conocimiento de la Palabra; por eso la necesidad de meditar en ella, pues si uno no sabe lo que Dios quiere, ¿cómo será posible obedecerlo?

Después, se habló de otra acción que nos lleva a recibir la Presencia de Dios en nuestro interior: la entrega. Mientras nuestro corazón esté ocupado por una persona, el orgullo, los malos deseos, un pecado o un sentimiento en contra de alguien, el Señor Jesús no podrá habitar en nosotras, ya que Él no comparte nuestro corazón con nada ni nadie. Para que el Espíritu Santo esté dentro de uno, es necesario sacar todo lo que hay en nuestro interior y entregárselo a Cristo.

La obediencia y la entrega son decisiones que cada una, de manera personal, necesita tomar. Hacerlo no es algo fácil, sin embargo, obedecer la Palabra y entregarle a Dios todo lo que nos aleja de Él permiten que Su Espíritu llene nuestro interior.

Cuando tenemos comunión con Dios, vivimos en el paraíso, en el Reino de Dios; eso nos hace sentir paz independientemente de las situaciones y de todo lo que suceda, ya que lo más importante es conocer nuestro valor de hijas de Dios amadas, y nadie nos puede convencer de lo contrario.

Si te lo perdiste…

Este es un breve resumen de lo que se abordó en durante el último Godllywood Autoayuda del año. Sin embargo, en 2024 habrá otra oportunidad para que puedas participar. Sigue las páginas de Facebook e Instagram de Godllywood México y América Central para que puedas estar al pendiente de la próxima fecha.