¿Existe la diferencia entre “alma” y “espíritu?
Cuide su relación con Dios, porque esta vida es finita
La unión del cuerpo con el alma y el espíritu forma a una persona. Es más fácil comprender el significado del cuerpo, porque este es perceptible a los ojos naturales.
No obstante, muchas personas confunden la diferencia entre alma y espíritu. Estos dos elementos están vinculados directamente a nuestra relación con Dios.
El espíritu se conecta con Dios
Primero, es necesario comprender que el Señor Jesús envió el Espíritu Santo para vivir dentro de nosotros. Por eso, Él le explicó a la mujer samaritana:
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23).
Es decir, es una relación establecida entre el Espíritu Santo y nuestro espíritu.
En cuanto a este tema, el obispo Edir Macedo escribió en el libro Fe racional que “Dios es Espíritu. Si Dios fuera alma, Su comunicación con nosotros sería directo con nuestra alma. Si Él fuera un cuerpo físico, materia, Su comunicación con nosotros estaría sujeta solo a nuestra materia. Sin embargo, como Él es Espíritu, Su comunicación se restringe solo al campo espiritual. Su comunicación viene directo del Espíritu Santo para el espíritu humano”.
En Eclesiastés, capítulo 12, versículo 7, vemos que el espíritu regresa a Dios cuando la persona muere. Es por eso que el Señor Jesús afirma que el espíritu está listo (Mateo 26:41). Sin embargo, el alma es juzgada (Mateo 10:28).
El alma se irá al Reino de Dios o al infierno
Si Dios conversa con nosotros por medio de nuestro espíritu, entonces, ¿cuál es la función del alma?
El alma siente dolor, se alegra, es decir, expresa los sentimientos y deseos de la persona. Y esta es eterna. El cuerpo material perece con el tiempo, pero el alma durará para siempre —en el Cielo o en el infierno. Por eso, es muy importante que la cuidemos.
Cuando el Señor Jesús se sacrificó en la cruz, fue para salvar el alma de la condenación eterna. Por eso, Lo llamamos “Salvador”.
El obispo Macedo agrega: “La conquista de todos los bienes, el poder, las riquezas, los placeres y las glorias de este mundo no compensan la pérdida de la Salvación. Las personas sueñan en poseer bienes, como si fuera una garantía o una seguridad para el futuro. Sin embargo, cuando la muerte llega, no hay dinero que pueda hacerla volver. Lo peor no es la muerte en sí, sino el hecho de que el alma no está salva. Todo pasará y nadie se llevará nada de esta vida. Por eso, quien usa la inteligencia invierte en la Salvación de su alma”.
Por lo tanto, Jesucristo es el Único que puede volvernos limpios, concediéndonos la oportunidad de vivir para siempre con Él.
Busque su Salvación
Si usted siente un vacío profundo, un dolor interno o incluso depresión. Sepa que es un dolor en su alma.
Participe hoy mismo en una reunión del Santuario de la Fe, en Av. Revolución núm. 253, Col. Tacubaya, o en el Centro de Ayuda Universal más cercano a su domicilio, y preséntese ante Dios. Usted no necesita usar palabras bonitas para hablar con Él. Solo tiene que ser con sinceridad.
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