En el primer mes
“Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en el Señor vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio” (Joel 2:23).
El placer de Dios es ver a Sus hijos alegres y prósperos. Como Él es el dueño de toda la tierra, envía las lluvias en su época, y también tiene el poder para enviarlas fuera de época. Es decir, no hay circunstancia que Le impida bendecir a los Suyos y darles vida abundante. ¡Qué Poderoso es el Señor!
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