El primer paso es comprometerte
¿Cuántas veces has planeado algo, pero a la mera hora decides hacerlo a un lado porque otra cosa se atravesó en tu camino? O quizá viste que las condiciones no te favorecían y estabas seguro de que no iba a dar resultado. Pero debes saber algo: sin compromiso no hay victoria. Por eso, Dios no se compromete con los que no quieren comprometerse con Él.
En el momento que decides comprometerte con Dios, Él entra en la guerra que estás enfrentando. No obstante, para permanecer firme en esta lucha es necesario que te enfoques en lo que quieres y no desistas por nada del mundo. Tal vez, el tiempo puede pasar, pero la persona continúa insistiendo porque cree que lo que ella quiere va a suceder.
Hay quienes planean hacer algo, sin embargo, más adelante, renuncian; otros saben hacer un poco de todo, pero no establecen una meta y no tienen fijo hacia dónde ir. Así que primero delimita tus objetivos.
Luchar bajo la fuerza del brazo no es suficiente. La Llave de la Victoria que se ha estado dando en el Congreso para el Éxito no es un adorno o un amuleto, sino un punto de contacto para que aprendas a usar tu fe y, a través de esta, Dios bendiga tu economía. Recíbela todos los lunes en esta reunión.
No faltes, estás cordialmente invitado.
Perdió todo, incluyendo su casa
“Después de que empecé a buscar ayuda con los brujos, mi economía fue maldecida. De tenerlo todo, empecé a perder trabajo, amistades, autos y vendí mis muebles. Empecé a endeudarme y, para mí, las puertas se cerraron. Llegué al extremo de no tener qué comer, nadie me prestaba nada y no conseguía trabajo.
Un día, los cobradores me dijeron: ‘Tienes tres días para desocupar la casa’. No tenía a dónde ir, mi hija simplemente me dijo: ‘No tienes dinero, no quiero estar contigo porque no tenemos nada’.
No podía dormir, siempre lloraba, estaba desesperada tratando de buscar soluciones.
Cuando llegué al Centro de Ayuda, luché por mi restauración económica. Nunca había ejercido mi profesión de chef, pero tuve una visión: abrir un restaurante. Dios me dio la condición para abrir mi negocio, y, por mi fe, empecé a tener éxito.
Pagué las deudas, tuve casa otra vez, mi vida dejó de ser triste y mi hija regresó a mi lado.
Mi visión es ir por más, hacer cosas grandiosas para honra y gloria de Dios. Es una bendición participar en la Universal, una oportunidad que nadie puede perderse porque Dios hace milagros grandiosos”, Rosa Díaz.
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