«El cutting funcionaba… pero solo un momento» 

Este es uno de los tipos de autolesión más frecuentes entre los jóvenes, sobre todo en las mujeres. Dicha práctica puede involucrar desde cortes superficiales hasta severos en diferentes partes del cuerpo, siendo las muñecas, el pecho, el abdomen y el cuello las zonas más afectadas. 

Pero ¿qué lo detona? Algo que los expertos en esta área han señalado con frecuencia es que existe una relación estrecha entre las autolesiones y haber experimentado violencia física, emocional o sexual en la infancia. Y la razón de esto es porque el cutting se convierte en un escape temporal de los problemas con los que la juventud no logra lidiar. 

No obstante, un estudio exploratorio publicado en la Revista de Psicología y Ciencias del Comportamiento también halló que las relaciones familiares violentas o negligentes pueden dar origen al cutting. 

Parte de esta introducción se vincula con la historia de Stephany Carrasco. Ella fue acumulando la violencia que presenció en su hogar y como resultado su interior se deterioró: «Cuando mis papás se separaron, pensé que yo era la culpable, pues era muy rebelde y a menudo discutían por mí. Luego de que mi padre se fue, mi mamá comenzó a ser ausente porque necesitaba trabajar para sustentarnos, ya que a veces no teníamos que comer. Yo aprovechaba eso para salir a fiestas, a veces no llegaba a casa. En ese entonces no sabía qué era la depresión, pero dentro de mí existía un vacío que intenté llenar con el cutting para que el dolor interno se fuera. 

Sin embargo, eso funcionaba solo por un momento, al llegar la noche siempre lloraba y no tenía sosiego para dormir. La relación con mi mamá iba empeorando, cuando estábamos juntas en casa, solo había discusiones y peleas. De cierta manera no demostraba tristeza ni lloraba frente a los demás porque mi pensamiento era que tenía que ser fuerte para mis dos hermanos menores que veían la situación». 

Además, especialistas describen que, en algunos casos, la depresión y la práctica de las autolesiones vienen acompañadas de agresividad, y no precisamente hacia sí mismos, sino hacia los demás.  

«Además de hacerles bullying a mis compañeros, peleaba con mi hermana. Una vez me vino el pensamiento de matarla, quería picarla con un objeto punzocortante, pero los vecinos intervinieron», compartió Stephany. 

Cuando situaciones así llegan a este extremo, ¿cómo se debe proceder? El sitio oficial de Mayo Clinic señala que es esencial recurrir con un experto en salud psiquiátrica y mental, en este proceso también es importante considerar el apoyo espiritual. 

En el caso de Stephany, ella conoció la Universal por su mamá. En un principio, respetaba lo que le enseñaban en este lugar, pero pensaba que podría salir adelante con sus propias fuerzas: «Era muy orgullosa, yo misma decía: “No necesito de un Dios que no ha hecho más que permitir todo esto”. Pero un día hice un desafío con Él y escuché lo que tenía para decirme. Recuerdo que en aquella reunión se dio una palabra: “el Señor llama a aquellos que se sienten cargados”. Me identifiqué, supe que era yo. Al entender que solo Él quería mi sinceridad y entrega total de mi vida, decidí buscarlo de verdad. En esa ocasión, por primera vez, sentí alivio y me sentí escuchada. Aunque no Lo veía, sabía que Él estaba ahí». 

Finalmente, lo que curó su interior fue el Espíritu Santo, es decir, la presencia del propio Dios en su vida: «Desde que Lo recibí, la relación con mi mamá cambió y dejé de tenerle rencor a mi papá. Por mi fe, nunca más dañé mi cuerpo y pasé a ser una alumna y hermana ejemplar. Hoy vivo estable en todos los aspectos, no queda ni la sombra del pasado», finalizó. 

Hay esperanza

Si has estado triste o tienes depresión, te invitamos a participar en las reuniones del Templo de los Milagros: Av. Revolución núm. 253, en la colonia Tacubaya, CDMX. Por tu fe, es posible superar el mal del siglo.

También puedes consultar el horario de la reunión en la Universal más cercana a tu domicilio.

(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.