Creí que jamás terminaría mi sufrimiento
“Fue un golpe duro divorciarme de mi esposo, no solo me enfrenté al duelo de finalizar mi matrimonio; también tuve que lidiar con la mala relación que llevaba con mis hijos, sacar adelante un hogar sola y, para empeorar el cuadro, batallar con una migraña que me impedía realizar mis actividades de manera normal.
Todas mis dificultades le añadían su cuota de angustia a mis días, pero mi estado de salud era lo más preocupante. Los dolores de cabeza eran tan fuertes que hasta me provocaban vómito, mareos y ya no podía salir a la calle. Alarmada por todo esto, mi hermana me llevó con brujos porque creímos que con ellos se solucionarían mis problemas. Sin embargo, lejos de ayudarme, la situación empeoró.
Espiritualmente, también aparecieron tormentos: escuchaba voces estando sola, sentía miedo sin saber la razón y me era difícil conciliar el sueño. Para mí, resolver mis conflictos era un caso imposible.
No obstante, Dios me enseñó que, cuando se usa la fe, hasta el inconveniente más severo tiene solución. Una amiga me invitó a la reunión de los Casos Imposibles, aquí aprendí a usar mi fe. Al conocer a este Dios Vivo y milagroso, paso a paso, fui poniéndole fin a cada contrariedad.
Participé en los propósitos de fe confiada en la respuesta del Señor. Ahora, tengo frutos de estas prácticas: ya no tengo ninguna enfermedad, llevo muy buena relación con mis hijos, económicamente hablando nada me falta, pues Dios suple cada una de mis necesidades. Gracias a estas reuniones, tuve la oportunidad de recomenzar”, Laura Martínez.
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Ayuno de los Casos Imposibles
Sábado a las 8am, 10am, 12pm, 3pm y 7pm
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