Consumo de cigarro mata a siete millones de personas
“Por fumar uno no te volverás adicto”, dicen los fumadores cuando le ofrecen un cigarro a alguien que no fuma y este lo rechaza.
Si bien la frase es cierta y uno no significa nada, sí puede ser el principio de una adicción para quien no era adepto al tabaco, pues según la OMS, existen más de mil millones de fumadores en el mundo. Solo en México, hay 16 millones.
Aunque como en todo existen prohibiciones y leyes que invitan a los fumadores a respetar las áreas libres de humo. De los siete millones de vidas que arrebata al año el consumo de tabaco, aproximadamente un millón son de no fumadores, razón por la cual se convierte en una de las principales causas de muerte, donde los niños representan el 24% de las defunciones.
Además de ser el principal factor de riesgo de cáncer, con 33% de responsabilidad en hombres y 10% en mujeres, el 80% de las personas que sufrieron infartos al miocardio, eran fumadores.
Si bien para los médicos, de cada cinco personas que intentan dejar el vicio, dos recaen, sí es posible superar esta adicción cuando te atiendes con la persona correcta. En el Centro de Ayuda Universal contamos con el Tratamiento en Contra de los Vicios, donde un especialista en el tema te ayudará a salir adelante. Date la oportunidad de venir, ¡no lo pienses más!
“Por el vicio, me enfermé, fui agresivo e intenté el suicidio”
Marco Antonio Sánchez
“Al asistir al Tratamiento en Contra de los Vicios, entendí que no necesitaba de un cigarro, de alcohol o drogas para ser feliz. Sin embargo, antes de llegar ahí, sufrí mucho por causa de la adicción a eso.
Por años, intenté alejarme de donde había caído por una depresión, pero no podía, el vacío que tenía dentro de mí sumado a la soledad que sentía en ese momento, me hacían recaer y aunque viera que me hacía daño, no paraba.
Me perdía, mi carácter se estaba volviendo agresivo, no sabía nada de mí… ni las amistades cercanas o los falsos amigos me daban un buen consejo para ayudarme.
Por gastarme todo para seguir tomando y fumando, mi economía se afectó.
Estaba destruido física y anímicamente hablando, bajé de peso; de hecho, al ingerir tanto alcohol padecía lagunas mentales y me volví violento con la gente que me rodeaba, muchas veces falté a mi casa. “Quiero morirme”, pensaba.
¿Qué hubiera sido de mí si el Señor Jesús no me hubiera mostrado la salida correcta? Realmente no lo sé, pero le agradezco que haya cambiado todo en mí. De buscar la muerte, hoy tengo muchos planes, como formar una familia y disfrutar la tranquilidad que Dios me brinda. El vicio sí tiene cura, créeme. Si yo pude, tú también puedes”.
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