Cómo tener la perseverancia de un oso
Al contrario del hombre, el oso no es un animal racional. Él no tiene la capacidad de reflexionar sobre lo que necesita hacer para vencer los obstáculos que encuentra. Aun así este osezno no desistió hasta que llegó a la cima.
En cambio, el ser humano fue creado con el poder de razonar sobre las mejores maneras de enfrentar cualquier problema y vencerlo. La propia Biblia describe:
“Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies” (Salmos 8:4-6).
Mientras tanto, a pesar de semejante gloria y honra, es muy común encontrar personas que desistieron de luchar. Se rinden ante problemas matrimoniales, adicciones, desánimos… Se entregan ante las obras del mal.
Pero, el obispo Edir Macedo, en una reunión transmitida por medio de Univer Vídeo, explica que “la única garantía que el diablo tiene de vencer a los que son de Dios es si los que son de Dios desisten de luchar”.
Para él, “mientras nosotros perseveramos, mientras continuamos caminando, mirando hacia adelante, siguiendo el camino de nuestro objetivo, el diablo sabe que no puede frustrarnos. Él puede atacar, puede tentar, poner tropiezos en el camino, pero no puede frustrarnos”.
Así, todo lo que el hombre necesita para vencer cualquier problema es persistir, no desistir. “El diablo coloca el pensamiento de retirada en la mente de muchos de nosotros. Haciéndonos mirar los contratiempos, las cosas difíciles que están sucediendo. Usted dio un paso hacia adelante, dos pasos hacia adelante, de repente usted da diez pasos hacia atrás y el diablo dice: ‘¿Estás viendo? No hay más remedio, es mejor que desistas ahora’”.
Sin embargo, “usted no puede escuchar a esa voz. Usted tiene que continuar siguiendo adelante. Cuando la persona desiste, también desiste de soñar, desiste de hacer planes porque solamente empieza a vivir un día tras otro. No deje que eso suceda con usted”, concluyó el obispo.
Sea como el oso del video: independientemente de la dificultad, siga adelante.
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