Cizaña: el día de la cosecha llegará

Vea por qué Jesús hizo esta comparación…

A lo largo de Su trayectoria en forma de hombre, el Señor Jesús contó innumerables historias con el objetivo de ilustrar cómo funciona el Reino de Dios.

Una de estas historias fue la parábola del trigo y la cizaña (Mateo 13:24-30).

Hijos de Dios vs. Hijos del mal

Para comprender las parábolas de Jesús, necesitamos usar los “ojos espirituales”.

En esta historia, el trigo representa a los hijos de Dios, mientras que la cizaña representa a los hijos del mal. Es lo que explica el obispo Edir Macedo.

“El trigo se refiere a los verdaderos convertidos que el propio Señor ha sembrado para Su gloria. Por otro lado, la cizaña son los falsos convertidos que se infiltran en medio de los hijos de Dios con el propósito de influenciarlos al mal”, señala.

Visualmente, el trigo y la cizaña se parecen. Pero uno da frutos y se “inclina” ante el Altísimo, mientras que el otro está vacío y es altivo (tal y como se ve en la imagen de arriba).

Cabe recordar que la “cizaña” también está entre los cristianos. El diablo coloca a sus infiltrados, que son cizaña, como una estrategia para ensuciar espiritualmente a los salvos, con el fin de llevárselos al infierno.

Llegará el día de la cosecha

No obstante, ni el trigo ni la cizaña estarán exentos del “día de la cosecha”, tal como afirma el Señor Jesús.

“Llegará el día en que los ángeles vendrán y separarán a los verdaderos de los falsos. ¡Así sucederá la gran cosecha! Es decir, los fieles (el trigo) se van al granero de Dios, el Cielo; mientras que los falsos convertidos (la cizaña) se irán al fuego eterno”, concluyó el obispo Macedo.

Haga su elección

El apóstol Pablo, en una de sus cartas, hizo la misma advertencia, cuando escribió: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:27-28).

De ese modo, es evidente que vivimos en este mundo una sola vez. Por lo tanto, solo hay una oportunidad para elegir entre el Cielo y el infierno. Esa decisión está en nuestras manos.

Así pues, haga su elección mientras hay tiempo. Antes de que el “día de la cosecha” llegue.

Para eso, necesita tener un pacto, una alianza con el Señor Jesús. Las palabras no son suficientes, es necesario incluir actitudes.

Alimente su alma

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