“Cansada de ser golpeada por mi esposo, intenté matarlo con un cuchillo”
“Creyendo como toda mujer, que iba a ser feliz en mi matrimonio, me casé ilusionada, pero al poco tiempo, el comportamiento de mi esposo cambió radicalmente: me humillaba, me golpeaba, me insultaba, se drogaba y no llegaba a dormir a la casa. Sus palabras me dañaban tanto que caí en depresión, no entendía cómo alguien que una vez me había dicho que me amaba, ahora me podía tratar así. Estaba tan desesperada y mal, llena de coraje y rencor hacia él que intenté matarlo con un cuchillo. Mi hija mayor no solo era testigo de las agresiones, también salía perjudicada por defenderme.
Ni siquiera nuestro negocio, que era una tienda, estaba bien, ya que mi esposo usaba las ganancias para mantener su vicio y la única que debía cargar con todas las responsabilidades, pidiendo prestado para solventar los gastos, era yo.
Un día, un cliente de mi esposo lo invitó a la Universal, le dijo que por muchos años que tuviera, podía dejar el vicio y, después de unos meses, asistió. Hubo muchas trabas para que llegara, sin embargo, desde el primer día regresó a casa distinto.
Tres meses después de que asistiera, quise ver por qué estaba tan cambiado. Dudaba que fuera él, pues se volvió cariñoso, me cuidaba y me protegía, ¡era maravilloso!
Usando la fe, nuestra realidad ahora es distinta: hay unión familiar, mis hijos fueron transformados, soy tomada en cuenta y mi situación financiera se restauró.
Mi esposo fue prisionero 15 años de la marihuana, del crack, del alcohol y del cigarro y tiene 14 años sin probar nada de eso porque, gracias a Dios, tenemos una vida nueva”, Magdalena.
comentarios