Brasa o carbón: ¿Cómo lo ve el diablo?
Comprenda lo que significa
¿Usted está apagado como el carbón o encendido como una brasa? Esa fue la pregunta que el obispo Sergio Correa le hizo a las personas que estaban participando en una reunión realizada, recientemente en el, Templo de Salomón.
Pero, antes de entrar en el asunto, destacó algunos puntos.
El número de evangélicos en Brasil fue uno de ellos.
De acuerdo con el último censo, en 2010, Brasil ya tenía más de 42 millones de cristianos evangélicos y, estudios indican que en 2020 ellos serán mayoría en el país.
Otros puntos que el Obispo hizo hincapié fueron la cantidad de denominaciones evangélicas que existen y los títulos y cargos que algunos cristianos conquistan y se apegan durante su caminata cristiana.
Pero, ¿cuál es la importancia de todo esto? Ninguna. Por lo menos, no en el mundo espiritual.
Lo que el diablo ve cuando nos mira
“Para el diablo (ni para Dios) no importa el número de evangélicos que existen, la denominación a la que usted pertenece o el titulo que usted posee. Él sólo mira dos cosas: si usted está apagado como un carbón o encendido con el fuego del Espíritu Santo”, subrayó el obispo Sergio.
Pues, según él, la única manera de que el diablo tenga libre acceso a la vida del cristiano es cuando él está apagado (espiritualmente) como un carbón, lejos del Altar. “Si el ve que usted está apagado, él va a pintar y bordar en su vida, en su matrimonio, en su familia», advirtió.
No es casualidad lo que está escrito en Hebreos 12:29:
“Porque nuestro Dios es fuego consumidor.”
Y en Salmos 104:4:
“El que hace a los vientos sus mensajeros, y a las flamas de fuego sus ministros.”
“Esto nos remite a unidad», observa el Obispo. Conforme el apóstol Pablo cita en 1 Corintios 6.17:
“Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.”
Como ser fuego abrasador
Ser fuego abrasador es ser uno con El. Y lo que el Señor Jesús desea. Que seamos un fuego abrasador, para que cuando el diablo nos mire, vea vea una llama de fuego, de modo que no pueda tocarnos. Pero eso sólo es posible cuando entregamos la vida en el Altar.
“Cuando me rindo a él, entonces el fuego desciende y me enciende. ¡Dudo que el diablo consiga tocar una brasa viva que está en el Altar! «, Exclamó el Obispo.
Y alerta: «No sea tibio, no sea relajado con la fe», de lo contrario:
“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente!Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” Apocalipsis 3:15-16
Para encender la llama del Espíritu Santo dentro de usted y convertirse en un fuego abrasador, participe de las reuniones que se realizan en el Santuario de la Fe y en todos los Centros de Ayuda Universal
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