«Yo no tenía futuro ni vida» 

«Desde los 6 años comencé a trabajar con mi familia, hacíamos de todo, pero no era suficiente. Recogíamos comida de la basura de los tianguis, escogiendo lo mejor que podíamos. Luego, empezamos a enfermar y fuimos a casas de limpia, solo que las cosas no mejoraron, de hecho, desarrollé problemas de carácter espiritual, sentía que alguien me estaba siguiendo, por ejemplo. 

Mis hermanos empezaron a tener problemas. Uno se aislaba completamente y el otro se volvió violento, al grado de agredirnos con un cuchillo. La suma de todos estos problemas me provocó depresión. Y, por si fuera poco, ni nuestros familiares creían en nosotros, decían que no teníamos futuro, que nos resignáramos y lleváramos nuestra cruz. 

Mi mamá empezó a cambiar cuando acudió a la Universal. Quise lo mismo que ella estaba recibiendo ahí, no tenía nada más que perder. Los cambios fueron surgiendo, me entregué completamente a Dios. De ahí, la joven depresiva e insegura que era pasó a ser fuerte. Lo demás fue fluyendo, me titulé con honores en arquitectura, me casé, juntos emprendimos una constructora y la vida con mi familia es una maravilla.» -Edna Rodríguez Patricio

Hay esperanza

Si has estado triste o tienes depresión, te invitamos a participar en las reuniones del Templo de los Milagros: Av. Revolución núm. 253, en la colonia Tacubaya, CDMX. Por tu fe, es posible superar el mal del siglo.

También puedes consultar el horario de la reunión en la Universal más cercana a tu domicilio.

(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.

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