«Peleábamos tanto, que mi esposo y yo no comíamos en paz» 

«Mi carácter explosivo aumentaba los problemas con mi marido. Él se alcoholizaba cada 8 días, pero cuando lo hacía, era pleito seguro, pues él era de los que quería seguir tomando hasta el día siguiente; sin embargo, yo no lo dejaba. Como ambos éramos necios en nuestra postura, discutíamos. Aunque no nos agredíamos ni nos ofendíamos el uno al otro, yo sí decía malas palabras. De hecho, ya ni podíamos comer en paz. 

Por otro lado, le debíamos 150 mil pesos al banco. Aunque los 2 trabajábamos, llegó un momento en el que sí se complicaba mucho. Como nuestra vida no se corregía, decidimos que en el plazo de 1 año cada uno se iría por su lado. 

Llegamos a la Universal 15 días antes de que terminara ese periodo. Empezamos a poner atención a los que nos decían en los encuentros y entendimos que, para que nuestra vida, teníamos que obedecer la Palabra de Dios. No fue un proceso fácil, pero seguimos yendo. Cuando nos dimos cuenta, mi carácter cambió, podíamos comer en paz y el trato entre nosotros se volvió cariñoso. Y, por nuestra fe, poco a poco Él nos dio oportunidades que nos permitieron pagar la deuda. 

Tiempo después, mi marido murió durante la pandemia. Pero no por eso renuncié a Dios, pues antes de eso, yo había recibido Su Espíritu. Entendí que sin Él no podría resistir ni vencer los problemas. Y es lo que les digo a las personas: sin Su presencia y sin un compromiso con Él, la vida de uno no cambia.» -María Alvarado 

Aprovecha esta invitación

No te pierdas esta reunión especial. Fortalece tu alma y tu espíritu con el banquete espiritual que tendremos este día, pues sin duda, al usar tu fe, saldrás lleno de la presencia de Dios.

Te esperamos especialmente a las 7 p. m. en Av. Revolución # 253, col. Tacubaya, alc. Miguel Hidalgo, CDMX. O en la Universal más cercana.