«El sentimiento de soledad me sumergía en la depresión»

«Vivía con un gran sentimiento de soledad. Además, era depresiva y rencorosa. Desde muy pequeña experimenté este sentimiento que se originó por la mala relación entre mis padres.

Con el tiempo, busqué fuera de mi hogar el amor y comprensión que ahí no encontré. Entonces me adentré en el mundo de los vicios. Primero, probé el cigarro; después, el alcohol hasta que llegué a consumir marihuana y cocaína. Sin embargo, esto lejos de ayudarme me adentró aún más en la tristeza, ya que me sentía insignificante, con crisis existencial y la depresión cada vez se apoderaba más de mí. Incluso tuve pensamientos de suicidio.

Al mirarme en el espejo solo veía a una mujer insignificante, alguien sin valor y que no merecía vivir. No obstante, todo cambió cuando me invitaron al Templo de los Milagros. En un principio me rehusé a ir, no creí que me pudieran ayudar, pero al final me di esa oportunidad y fue maravilloso.

Aunque no tenía la seguridad de que pudieran ayudarme, deseaba ser diferente y ya no tener esa tristeza en mi corazón. Esta fe tuvo frutos, porque el Señor Jesús me dio la oportunidad de transformar toda mi vida. Perseverando en las reuniones, escuchando los consejos de las orientaciones personalizadas y, siendo constante, me deshice de la depresión. La Alejandra de hoy, es una mujer alegre, amorosa, paciente, ya no me siento sola ni requiero de vicios para estar feliz. Tengo ganas de vivir porque sé que con Dios estoy segura.» -Alejandra Ramírez