«Creía que la felicidad no era para mí, pero en Dios la encontré»

«Desde pequeña, fui diagnosticada con depresión infantil. Siempre me sentía triste, angustiada y, de manera inesperada, me daba fiebre. Cuando cumplí 16 años, quedé embarazada y los problemas crecieron porque me sentía mal, creía que era un fracaso como madre. Mi hija y yo carecíamos mucho, ya que la persona con la que vivía estaba hundida en el alcoholismo, no nos atendía.

Además, todo me causaba miedo, inseguridad, fue así que intenté acabar con mi vida y la de mi hija. No quería que ella pasara por el mismo sufrimiento que yo. La soledad y la tristeza solo iban en aumento. Como mujer, pensaba que no valía nada. Ahora, puedo decir que eran momentos terribles, considero que la depresión es la peor enfermedad que le puede dar a alguien.

A través de una invitación, conocí el Templo de los Milagros. Conforme me entregaba a Dios, ese vacío se iba llenando; la tristeza, la depresión, los deseos suicidas y los sentimientos negativos se fueron. También, sané. Además, Él me enseñó a amarme y a aceptarme tal y como soy, así como a hacerlo con los demás.

Al estar bien interiormente, pude conocer a un hombre con el que formé una familia. Somos muy felices. De creer que yo no había nacido para ser feliz, ahora le agradezco a Dios por cada día que me da y por permitirme conocer la verdadera felicidad que viene de Él.» -Damaris Morales