“Vivíamos con mi suegra y ella nos regalaba comida”
“Mi historia fue de derrotas, humillaciones, fracasos, estaba destruida y vivía en la miseria.
Pedía prestado, debía y no me alcanzaba para pagar porque mi esposo no tenía un trabajo fijo; a veces, pasaban meses para que se empleara de nuevo.
Como no teníamos casa, debíamos vivir con mi suegra, nos alimentábamos de lo que nos regalaba ella o mis padres porque ni para la leche de mis hijos me alcanzaba.
Debido a eso, la relación con mi esposo se desgastó, peleábamos, perdimos la comunicación y nos lastimamos mucho, solo que mi verdadero sufrimiento comenzó cuando él me fue infiel, pues caí en depresión, bajé 20 kilos y me enfermé de anemia.
Para no sentir dolor, me la pasaba dormida, no quería despertar, alimentarme, vivir ni nada, ¡prefería morir a seguir en ese infierno!
Cuando llegué a la Universal, descargué todo lo que sentía con Dios. Noté como si un peso hubiera salido de mí y las cosas fueron cambiando. La depresión poco a poco desapareció, tenía ganas de salir adelante y de vencer.
La Hoguera Santa era lo que necesitaba para obtener una transformación de vida, así que decidí ir con todo junto con mi esposo, que me había pedido una nueva oportunidad.
A partir de ese momento, mi matrimonio se transformó, la infidelidad se acabó, renació el amor y nos amamos mucho. Las puertas económicas se abrieron, él consiguió trabajo con un gran sueldo, pagamos nuestras deudas, dejamos de vivir de arrimados, tenemos nuestra casa y compramos un auto cero kilómetros.
En el pasado vivía de prestado, hoy comemos y vestimos lo que queremos, mis hijos estudian en buenas escuelas y ya les puedo dar lo que me piden.
La mejor decisión que tomé fue haber confiado en Dios, Él me hizo una mujer de respeto, bendecida y feliz”, Diana Martínez.
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