«Vivía en depresión: sentía que nadie me entendía, que nadie me quería»

«Estudié la licenciatura en Educación Preescolar, pero estaba viviendo en depresión: sentía que nadie me entendía, que nadie me quería. Cuando me caso, lo hago con la ilusión de ser feliz, de que con mi esposo iba a ser diferente, que la depresión que sentía se iba a terminar; pero no, no fue así. Mi esposo no me comprendía y discutíamos.
Cuando nace mi primer hijo, nace con un problema llamado hemangioma Klippel-Trénaunay-Weber. Me lo enviaron con diferentes especialistas y, de todos los que lo vieron, me decían que iba a estar en los hospitales cada mes, que iba a sufrir de trombosis, que se le iban a reventar las venas, además de que posiblemente podría requerir operaciones constantes porque le iba crecer el pie. Ellos dijeron que no iba a ser un niño con una vida normal, ya que estaría en silla de ruedas, sin poder correr.
Después de haber vivido ese proceso con mi hijo, vino el accidente de mi esposo.»