Verdadera conversión
«Diles: Vivo yo, dice el Señor Dios, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?» (Ezequiel 33:11)
Es muy claro el deseo ardiente de Dios de salvar a todos y liberarlos de la muerte eterna. Por eso advierte: «Convertíos de vuestros malos caminos». Porque Él es Puro y Santo y solo se puede llegar al Señor siendo lavado y purificado con la Sangre de Su Hijo, derramada en la cruz, para borrar los pecados.
Por Ester Bezerra
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