¿Usted sabe la diferencia entre creer de verdad y creer?
Para facilitar la comprensión de los oyentes sobre la diferencia entre creer de verdad y creer, el obispo Edir Macedo usó el noviazgo y el matrimonio como ejemplos.
Según el obispo, el noviazgo se lleva a cabo cuando uno cree en el otro; en cambio, el matrimonio sucede cuando, finalmente, ellos empiezan a creer de verdad el uno al otro.
Así también es con respecto a la fe. Creer de verdad en Dios es sumergirse en Su Palabra y depender del cumplimiento de Sus promesas. Esa es la finalidad del Espíritu Santo.
“Él viene para enseñarnos, orientarnos y fortalecernos con la fe sólida, concreta. Yo sé que la fe es abstracta, pero cuando el Espíritu Santo viene, nos da una convicción tan grande que no hay espacio para las dudas. No necesitamos ver para creer, porque nosotros sabemos lo que Dios quiere y lo que va a hacer”, destaca.
Entrega incondicional
Pero, para que esto suceda, tiene que haber una entrega incondicional por parte de la persona. Sin embargo, tiene mucha dificultad de entender qué es entregarse de verdad. “Esto sucede porque, a pesar de ser simple, es muy difícil”, señala el obispo Macedo.
Ellas incluso fueron delante del altar y le entregaron su vida a Dios, no obstante, en lo más profundo de su ser, no lo hicieron completamente. “Faltó que se desnudaran delante de Dios para que Él pudiera entrar en sus vidas. Desnudar es colocar todo lo que usted es, sus sueños, su futuro, proyectos personales, en fin, todo lo que usted tiene, es y pretende ser a disposición de Dios”, aclara.
Dios no nos concede Su Espíritu por medida, sino la plenitud del Espíritu Santo.
Por lo tanto, también exige de nosotros entrega sin restricciones. Quien cree, de hecho, no tiene dificultad de entregarse de forma incondicional.
La propuesta de Dios
Jesús insistió en dejarles claro a los discípulos la necesidad que ellos tenían del Espíritu Santo. Solamente así soportarían las persecuciones y tendrían condiciones de predicar el Evangelio.
“Pero Yo os digo la verdad: Os conviene que yo Me vaya; porque si no Me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si Me fuere, os Lo enviaré” (Juan 16:7).
El obispo Macedo explica que, hasta entonces, los discípulos eran guiados personalmente y físicamente por Jesús. Donde estaba el Maestro, ellos también. Esto hacía que se sintieran seguros, pero, cuando estaban solos, temían.
No obstante, con el Espíritu Santo, eso no sucedería más, una vez que tuvieran al propio Jesús en su interior, ya no a su lado, tal como era antes de Su muerte y resurrección.
“Dios quiere hacer de usted su morada. Él no quiere estar a su lado, como estaba Jesús con los discípulos. Él quiere venir en Espíritu y hacer morada dentro de Su cuerpo. Para que, teniendo el Espíritu de Dios, usted venza todas las luchas, las batallas, las guerras. Usted no va a vencer porque fue ayudado por otras personas, sino porque tiene el Espíritu Santo dentro de usted”, garantiza el obispo.
“Todo o nada”
Sin embargo, el obispo agrega que es necesario colocar toda la fuerza en este Ayuno, de lo contrario, será en vano.
Colocar toda la fuerza no se trata solo de abandonar las redes sociales, internet, diversión y cualquier tipo de entretenimiento; sino, sobre todo, vaciarse de sí mismo, de los propios deseos, del orgullo; reconocer cuán pecador y necesitado es de la misericordia de Dios. Es mostrar con actitudes que desea el Espíritu Santo más que todo. Esto incluye oración de búsqueda y humillación, además de la lectura y meditación de la Palabra de Dios.
Así como Jesús tuvo que morir para que el Espíritu Santo viniera sobre los discípulos, nosotros también necesitamos morir —espiritualmente hablando— para que el Espíritu Santo descienda sobre nosotros. Es decir, morir para el pecado, para nuestros deseos, pasiones y codicias.
“Y cuando Él dice que es el Consolador, es porque Él estará en todos los momentos con usted. Usted será fuerte delante de las tribulaciones. Es decir, solo tiene que ganar con Él adentro de usted”, agregó Ester Bezerra, esposa del obispo Macedo.
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El Ayuno de Daniel
El domingo 22 de septiembre, empezó el Ayuno de Daniel en todas las Universal del país. El tema de esta edición del propósito será “hacer lo que le agrada a Dios”.
Durante el Ayuno de Daniel, además de abstenerse de información secular y alimentarse con contenidos de la fe, usted podrá ganar almas para el Reino de Dios. ¿Cómo? Visitando lugares donde hay oprimidos de espíritu; donando libros espirituales para quien está necesitando comprender la fe y compartiendo sus experiencias.
Participe en las reuniones diarias que se llevan a cabo en todos los Centros de Ayuda Universal. Haga clic aquí y encuentre la dirección más cerca de usted.
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