Unos tienen respuestas de Dios y otros no,
¿existe una razón?

¿Por qué el Espíritu Santo es tan importante? De acuerdo con lo que enseñó el obispo Franklin Sanches el pasado domingo 10 de julio, cuando tiene la presencia del propio Dios en usted es imposible que fracase. Claro que habrá luchas y guerras, la diferencia es que vencerá.

«Sin embargo, mientras no entienda la importancia de la grandeza de tener el Espíritu de Dios en su vida, estará priorizando otras cosas y, por lo tanto, en usted no habrá vida» explicó.

«Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: “El Amén, el Testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación de Dios, dice esto: ‘Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.’”» (Apocalipsis 3:16).

En este mundo, hay tres tipos de personas y cada una obtiene resultados diferentes. Al respecto, el propio Señor Jesús se centra en dos de ellas.

El frío es el incrédulo, aquel que no sabe ni conoce la verdad. El segundo grupo es el caliente, es decir, el fervoroso, el que se mantiene lleno del Espíritu Santo, aquel que vive en la fe y siempre tiene ánimo. Esa persona puede estar pasando por problemas y luchas, pero no desiste de la fe porque sabe que va a vencer, por eso nada lo detiene, pues en su interior está el fuego del Espíritu Santo.

Y el tercero es el tibio… «Quien pertenece a ese grupo conoce la Biblia, incluso practica algunas cosas de ella, pero, solo lo que le conviene, hasta llega a sentirse más santo y condena a los demás. También un momento está en la fe, pero en otro ya no; luego vive en santidad y, después, en el pecado. Una persona así es inestable e indefinida, no se entrega a Dios ni quiere un compromiso con Él. No obstante, lo que el tibio no sabe es su verdadera condición», dijo.

«Porque dices: “Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad”; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo» (Apocalipsis 3:17).

Observe las expresiones fuertes que el Señor Jesús usa. La iglesia de Laodicea confiaba en su propia fuerza, pero ya no tenía comunión con Él. Hoy en día hay personas así, que creen que no necesitan a Dios y que pueden resolver las cosas a su manera, solo que su realidad es otra, como dice arriba, es digna de lástima.

«Te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver. Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él…» (Apocalipsis 3:18-20).

¿Qué es este oro al que Jesús se refiere? El obispo detalló que se trata del Espíritu Santo, y quien Lo tiene es rico; aquel que lo recibe es porque se dio cuenta de su valor sobre todas las cosas: «Jesús está en la puerta de su vida, de su corazón, y está llamando. Lo que Él quiere es sacarle de ese estado de tibieza para que pueda tener una vida diferente. La cuestión es que no entrará en su vida si no Le abre, es decir, si no toma esa elección. Y si se decide a hacerlo, Su fuego descenderá dentro de su alma, haciendo esa transformación en usted.

Quizá usted ha sido considerado(a) la oveja negra de la familia, le hicieron bullying o ha sufrido desprecio de los demás, incluso las personas en las que más confiaba le dijeron que nunca sería alguien en la vida, pero si deja a Jesús entrar, lo hará con ese Oro y nadie más le impedirá que llegue a sus objetivos», finalizó el obispo.

Lee también: Parece locura pero trae resultados