Uno solo

«Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.» (Romanos 5:17).
Así como el pecado vino por medio de un hombre y afectó a todos los demás —haciendo que heredaran el pecado y vivieran en tinieblas—, a través del Señor Jesús, todos podemos ser redimidos del pecado. Su Sangre nos limpia y nos libera de la culpa. Por Su gracia nos justifica y nos hace pertenecer a Su Reino disciplinado.
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