¿Una vida perfecta para ser feliz?

No sé cual es su edad, pero podemos concordar con el hecho de que, poco o mucho, todos ya tuvimos oportunidades de vivir buenos y malos días.

Para muchos, los días buenos son aquellos sin dolores físicos o emocionales, o, de convivencias con las personas queridas, de visitas a lugares que son agradables, de comidas deliciosas, de tareas cumplidas… en fin, no sé cómo usted define un día feliz, pero puede contarnos en los comentarios.

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Para mí, un día maravilloso, primeramente, es en el que logré caminar con Dios y honrar los compromisos asumidos con Él.

También me hace feliz cuando cumplo mi dieta, hago mis caminatas, hablo poco y no pierdo la paciencia, por ejemplo.

Vea, entonces, que las cosas extraordinarias no son las que hacen nuestro día especial. Por eso, no necesitamos una vida perfecta ni tener todos los problemas resueltos para ser felices. Además, es bueno que eso no suceda, porque benditas son las necesidades que nos hacen depender de Dios.

¿Alguna vez ha pensado cuán arrogantes e independientes seríamos del Espíritu Santo si no tuviéramos problemas?

Por Núbia Siqueira