Una actitud que le impide el bautismo con el Espíritu Santo

Muchas personas desean el bautismo con el Espíritu Santo, pero aún no lo recibieron. Tal vez, Él aún no ha entrado a su vida, debido a lo que hay en su corazón. Como Dios, Él nos conoce por completo y no existe nada que le podamos esconder.

¿Qué sucede cuando somos bautizados?

Antes de comprender lo que nos impide alcanzar el bautismo con el Espíritu Santo, tenemos que entender cómo actúa Él en nuestra vida.

En relación al tema, el obispo Edir Macedo escribió en el libro Estudios Bíblicos: “El bautismo con el Espíritu Santo es la plenitud o totalidad de Dios dentro de nosotros. Significa poder, fuerza, valor, intrepidez y audacia de vivir tal como vivió el Señor Jesús aquí, en la Tierra. […] Cuando alguien es bautizado con el Espíritu Santo recibe inmediatamente poder para servir como instrumento en Sus manos; también para servir como testimonio de la resurrección del Señor Jesús no solo en el sentido de hablar de lo que está escrito en la Palabra de Dios, sino de ser como el propio Señor Jesús: un testimonio vivo de alguien vivo”.

Uno de los términos clave de ese fragmento es “servir como instrumento”. Es decir, Su poder es prestado para nosotros. Pero para que hagamos lo que Él desea.

El Espíritu de Dios viene para moldear nuestro comportamiento de acuerdo con Su voluntad. Con la finalidad de que nosotros mostremos Su gloria para el mundo.

Sirviendo a Dios

Por medio de la Biblia, verificamos que los siervos de Dios hacen todo con la intención de agradarlo. El objetivo siempre es obedecerlo y honrarlo.

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” (1 Corintios 10:31).

“Dios le acepta tal y como es. No importa si usted es el bueno o el malo. Dios quiere habitar en usted. Pero, para eso, tiene que decir: yo voy a dar mi vida para el servicio del Señor”, aclaró el obispo Edir Macedo, durante la Palabra Amiga.

Haga la voluntad del Señor

Por lo tanto, el Espíritu Santo no reposará sobre las personas que Lo desean para beneficio propio.

“Muchas personas dicen: ‘¿Por qué no recibo el Espíritu Santo? Yo ya hice el Ayuno de Daniel, ya oré, etc.’ Solo que no hizo exactamente lo que Dios quería que usted hiciera. Es decir, que usted Lo buscara para ser un siervo de Dios. Es para Su gloria. Hasta nuestro comer tiene que ser para la gloria de Dios. Cuando tiene esa intención, Lo recibirá”, concluyó el obispo.