¿Tu vida amorosa es como un desierto?

La Real Academia de la Lengua Española (RAE), define desierto como despoblado, solo o inhabitado. No obstante, también conocemos que es una zona árida cubierta de arena en la que no existe vida.

Lo triste es que así es la vida amorosa de millones de personas en el mundo: como un desierto.

Así como hay solteros que nunca han podido ser felices en el amor, hay quienes se encuentran en la etapa de noviazgo o han consolidado un matrimonio; sin embargo, viven marcados por la frustración al no tener la relación que imaginaban.

Por otro lado, es amplio el número de individuos que han experimentado en carne propia la traición, la infidelidad o el desamor. Situaciones lamentables que les provocaron heridas en el alma, un vacío interno que no pueden llenar con nada; cargan complejos, traumas y dolores del pasado, que los llevan a vivir ese desierto amoroso.

El Señor Jesús refirió: “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” (Juan 4:14).

Si estás viviendo un desierto en el área sentimental, no lo aceptes más. Ven y participa en la Terapia del Amor, una reunión donde recibirás consejos que te ayudarán a desarrollar un amor inteligente, que te permitirá tener una relación feliz y, por tu fe, podrás sanar las heridas que hay en tu interior.

Recuerda, serás nuestro invitado especial, habrá un lugar para ti en la Av. Revolución núm. 253 Col. Tacubaya a las 7:30 de la noche. Deja que el amor de Dios convierta tu desierto en un hermoso jardín.

“Quise matar a mi esposa y huir con mi hija”

“Mi matrimonio no funcionaba por diversas razones: mi adicción a las drogas, al alcohol, mi carácter violento y mi pasado de fracasos amorosos. Estas historias fallidas, me hicieron anhelar una relación feliz, pero la mía era todo lo contrario.

Recuerdo una ocasión en la que discutimos, perdimos el control de la situación y terminamos golpeándonos. Esa noche me fui a la cama furioso con ella. Al estar en el silencio de la noche, en mi cabeza, unas voces me decían: ‘ella ya destruyó tu vida, ¿por qué no acabas con la de ella? ¡Mátala y huye con tu hija!’. La miré acostada junto a mí, sentí odio; entonces me subí sobre ella, puse mis manos en su cuello y, estando a punto de apretarle, mi esposa despertó, me miró y empezó a llorar. Asustado, me volví a acostar y le susurré: ‘¡todo va a estar bien!’.

Luego de este incidente, ella se separó de mí por un año, inició los trámites del divorcio y peleó por la custodia de la niña. Al darme cuenta de mi fracaso, busqué a Dios, conocí la Universal, y participé en la Terapia del Amor. Aquí, cuidaron de mí, me dieron una orientación y me liberé de los vicios, mi mal carácter y esos espíritus que me atormentaban.

El Espíritu Santo entró en mí y así luché por recuperar a mi familia. Ya estando ambos en la iglesia, nos dimos una segunda oportunidad y nos casamos. Para mí son muy importantes las reuniones de la Terapia del Amor, porque son como el agua de un pozo que, por mi fe, lavaron, limpiaron y purificaron mi interior. Hoy mi esposa tiene a su lado a un hombre que la cuida, la ama, la protege y es un buen jefe de familia”, Jesús Contreras.

Terapia del Amor
Este jueves participe en Av. Revolución 253, Colonia Tacubaya,
a las 7:30am, 10am, 4pm y principalmente 7pm.