Tratamiento efectivo en contra de los vicios

No importa si hacen tres horas de camino, pero todos los domingos, cientos de personas van al Tratamiento en Contra de los Vicios que se realiza en la sede de la Ciudad de México.

Ellas ya están hartas, saben que las drogas les han arruinado la vida: perdieron trabajo, familia, tiempo. Sin embargo, tras la incontable cantidad de promesas, recaen. Pero, en el Tratamiento en Contra de los Vicios, aprenden a usar las fuerzas que les queda para no recaer nunca más.

No obstante, este tratamiento también es para quienes han luchado por los que aman y, hasta ahora, no han logrado vencer.

“Lo que usted va a hacer por su ser querido vale muchísimo más que mil consejos. Usted tiene en sus manos el futuro de su hijo, de su cónyuge. Tal vez esa persona no quiera venir, pero usted sí. Por la fe, ganará esta batalla, no está solo(a), Dios está hombro a hombro con usted”, refirió el especialista del Tratamiento en Contra los Vicios.

Además, el especialista agregó que hay otros tipos de adicciones que no las vemos como tal: “Hay quienes son adictos al internet, la pornografía, el celular, ¡hay vicio de todo! Por ejemplo, yo he conocido gente que tiene adicción a la comida y pesaban casi 200 kilos”.

Este domingo, participa para luchar en favor de ese ser querido que está sumergido en una adicción. Si ya has intentado de todo, prueba en esta reunión especial. Donde el especialista también podrá atenderte.

La entrada es libre y gratuita. ¡Te esperamos!

«Mi hija desaparecía meses para festejar y drogarse»­

Aline Talavera

“Gisele, mi hija, era alcohólica y consumía drogas de todo tipo. Cada fin de año o en cada fiesta se desaparecía, no días, sino meses enteros. Era difícil encontrarla. No me daba cuenta de sus adicciones porque fingía estar bien cuando estaba drogada o alcoholizada.

Estuvo así durante 13 años, la verdad no era vida para las dos. Cuando vine al Tratamiento en contra los Vicios, el especialista orientaba que me mantuviera firme en los propósitos de fe. En las reuniones traía fotos y ropa de mi hija, clamaba porque esto terminara. Mi nieta también me ayudó mucho ungiendo su ropa y almohada con aceite consagrado, no podía hacerlo yo porque mi hija me odiaba, no quería verme y no podía acercarme a ella.

Aprendí a usar la fe, creía que Dios la podía curar del vicio. Por medio de las cadenas de oración, ella empezó a venir, aunque inicialmente se rehusaba. Fueron dos años en los que estuve luchando hasta que ella fue liberada de las adicciones.

Creo que las madres, esposas, padres, maridos deben venir al Tratamiento en contra de los Vicios para luchar por su familia. Mi hija es testimonio y resultado del poder de la fe de una madre que nunca se rindió.

Actualmente, las cosas entre ella y yo son totalmente distintas y nos queremos demasiado”.

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