Trampas
«Me pusieron lazo los impíos, pero yo no me desvié de Tus Mandamientos» (Salmos 119:110).
Necesitamos tener cuidado de los consejos de los amigos e incluso de lo que nos es ofrecido, como la belleza, confort y riquezas. Pueden ser trampas del diablo, como él hizo con Jesús en el desierto. Siempre es preferible esperar y confiar en las Promesas de Dios.
Por Ester Bezerra
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