«Todo lo que emprendía no daba frutos»
«No podía darle sustento a mi familia a pesar de que tenía 1 o 2 trabajos. Realmente era duro ir al supermercado y tener que regresar todo o la mitad de las cosas porque rechazaban mi tarjeta. Por otra parte, rentábamos un departamento, pero la persona no quería pagarnos. Queriendo salir adelante, abrí negocios, solo que no rindieron frutos. Las cosas fueron empeorando: a mi esposa le detectaron cáncer en la matriz y, sino se operaba, podía morir. Por todo eso, tuve un conato de infarto.
Cuando ella supo de la Universal, acordamos visitarla. Ese día Dios nos recibió con los brazos abiertos y recuperamos la esperanza. Paulatinamente, siguiendo la Palabra de Dios y al hacer una alianza con Él, experimentamos una transformación completa: por la fe, mi esposa sanó y las puertas comenzaron a abrirse.
Nuestra visión se amplió y Él nunca nos desamparó: surgieron obstáculos, pero con Él de mi lado fuimos creciendo en la empresa de mantenimiento que establecí. Actualmente tenemos bodegas, departamentos, adquirimos una camioneta y podemos viajar 2 o 3 veces al año a visitar a mis hijas en Los Ángeles. Todo se lo debemos al Espíritu Santo.» -Jonathan López
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