Tipos de “amor”

Hay varias definiciones para amor:

• El amor eros (físico y sexo)
• El amor philos (fraterno o familia)
• El amor pasión (capricho)
• El amor hacia a Dios
• El amor que proviene de Dios (ajaba)

Este último significa lealtad y es la base para una relación feliz, pues cuando hay presencia de esta, hay transparencia. Podemos compararlo con el hombre prudente e insensato (lee más en Mateo 7:24-29), el hombre y la mujer prudente son aquellos que atienden a la orientación del amor ajaba, es decir invierte en la lealtad. Al contrario de los insensatos que no la escuchan y por eso sufren.

Cuando se es casado y se tiene este tipo de amor, no se esconde nada, no hay perfiles falsos en redes sociales, no habla cosas indebidas con nadie, el dinero y bienes son de ambos, se saben oír, hay cambios de hábitos y se colocan uno en el lugar del otro para ofrecer cariño, seguridad, placer y alegría.

Para los solteros, el amor leal significa buscar a Dios por encima de todo, no entregarse a la primera persona que aparece sino que se espera hasta encontrar a la persona correcta y llegar al Altar con ella, así como persevera todos los jueves en la Terapia del Amor porque sabe que debe invertir en su vida sentimental para ser y hacer feliz a alguien.

Conózcanse bien

Cuando dos personas se casan, el pasado de ambas se junta. Y son ellos, esos pasados, los que determinan el comportamiento de cada uno dentro del matrimonio. Por eso, no puedes mirar solamente hacia el exterior de él o ella, tienes que saber quién es desde su raíz, de dónde vino, quién es, cuáles son sus circunstancias y la gente que la influenciaron e hicieron de ella lo que es ahora.

Solamente así podrás entender bien la situación y cómo actuar con eficacia.

Encontró la felicidad que anhelaba

Obdulia Carrillo

“Siempre me involucraba con personas que estaban metidas en cosas ilícitas, pero la última relación fue la que más me dañó porque ya había planes de boda y cuando pensé que se cumpliría mi sueño de ser feliz, a él lo encarcelaron.

En ese momento más difícil, mi hermana me habló de la Universal y comenzamos a participar. Poco a poco, Dios fue sanando las heridas internas hasta que pude dejar atrás las malas experiencias. No pasó mucho tiempo para conocer al que ahora es mi prometido, quien es un hombre de Dios.

He sido bendecida en varios aspectos de mi vida, pero faltaba en lo sentimental y Dios lo concedió”.

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