Tenga paciencia

Algunas personas son difíciles de tratar por su forma ruda de hablar y actuar con los demás.
También están los que son «duros de roer», porque son arrogantes, tercos y prepotentes.
Pero, ¡no te estreses! Dios prometió juzgar de manera individual, persona por persona, oveja por oveja, «juzgaré entre oveja y oveja» (Ezequiel 34:22).
Así que, no necesitamos resentirnos o devolver los empujones de algunas ovejas groseras.
Hay un Juez que prometió encargarse de cada caso, personalmente.
Si la cosa está muy difícil, porque alguien ha tomado la conducta de ser grosero, prejuicioso y agresivo hasta el último cabello, ¡tenga paciencia!
Sigamos el mandato de no inquietarnos por NADA EN ESTA VIDA (Filipenses 4:6), antes, tengamos en mente la dulzura extraordinaria del Señor Jesús.
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