¿Te sientes confundido por la vida?

La vida de una persona cristiana es marcada por decisiones y desafíos que le competen solamente a ella. Algunas decisiones pueden repercutir en todas las áreas de su vida, causando impacto en la familia, en la carrera y en otras personas a nuestro alrededor. A causa de esto, muchos se sienten confundidos y desorientados ante de las situaciones que surgen, especialmente cuando ocurre algo inesperado. De tal manera que entran en un estado de incertidumbre que, en algunos casos, los paraliza y les genera miedo y angustia.

El hecho es que en cada nuevo día surgen diferentes luchas y problemas de los que nadie tiene control y la respuesta para todas las cuestiones. Aun así, la vida no espera y es necesario seguir adelante. En algún momento casi todas las personas ya se sintieron un poco perdidas frente a lo desconocido y frente a la falta de información sobre una situación. No obstante, la diferencia entre ellas es lo que ellas hacen cuando se sienten inseguras y sin saber cómo actuar. Pero, ¿cómo vivir en paz en medio a los cambios inherentes a la vida cotidiana?, ¿cómo seguir adelante sin tener todas las respuestas?

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¿Cómo tomar buenas decisiones?

Aquel que espera en Dios no se siente desorientado, como la Palabra de Dios asegura en Salmos 25:3: «Ciertamente ninguno de los que esperan en Ti será avergonzado; sean avergonzados los que sin causa se rebelan».

Esperar en Dios significa creer que las cosas van a suceder en Su tiempo. Es obvio que la persona que cree en Él también debe hacer lo que le corresponde y no huir ante los desafíos. Sin embargo, por cuidar su comunión con Dios, tiene Su dirección al tomar sus decisiones y lo mejor, tiene paz.

Cuando la persona hace su parte, Dios hace lo que ella no puede hacer. Cuando espera en Dios, está creyendo que Él sabe lo que es mejor. Por eso, tiene paz porque sabe que lo mejor será hecho. Y sabe que durante ese tiempo Dios hará su obra en ella, entonces no hay prisa, sino la seguridad de que está sucediendo algo.

La paz que excede todo entendimiento

Y a ti, querido(a) lector(a), ¿qué te ha dejado confundido? ¿Qué se está robando tu sueño y tu paz? La confusión viene para todos, como prueba de que nosotros no tenemos la solución para todo y necesitamos a Dios. Como puedes notar, la solución para tus tristezas está en Dios.

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Por eso, en lugar de tomar decisiones precipitadas cuando estés lleno(a) de dudas que pueden causar que te arrepientas en el futuro, busca hacer una oración sincera pidiendo la dirección de Dios para tu vida. Cuéntale tus problemas, miedos, dudas y todo lo que está confundiendo tu mente. De esa manera Él te atenderá y te conducirá no solo en la toma de una decisión, sino que te guiará mientras se lo permitas.

Si tienes al Altísimo como tu Señor, la paz que le apóstol Pablo menciona en el versículo siguiente, llenará tu ser, anulando cualquier duda, miedo o confusión: «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.» (Filipenses 4:7).

La paz que viene del propio Dios no se apoya en circunstancias externas. Ella es mucho mayor que el bienestar, es una tranquilidad en el alma que nada puede quitar. Esa paz es consecuencia de la confianza completa en Él. Ella guarda nuestro corazón de la angustia y nuestra mente de las preocupaciones. Ahora depende de ti decidir si quieres seguir confundido(a) o en paz.

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