Síntomas de una posesión

Personas que vomitan verde, habilidad de girar la cabeza 360 grados, miedo a los crucifijos, estigmas, telequinesis, la capacidad de incendiar objetos, entre otros, es la idea que nos ha vendido Hollywood sobre una posesión.

Sin embargo, más allá de las ideas exageras de una casa cinematográfica, una posesión es algo muy diferente, pero con el mismo fin: dañar a su víctima.

Lo primero que hay que definir es la palabra posesión y el Obispo Macedo lo explica: “… es el estado en el que una persona es poseída por espíritus inmundos […] es que el cuerpo sea usado por los demonios como habitación”.

Además, afirma que «es increíble el número de personas que consultan a los médicos y oyen la tradicional frase “no tienes nada, puedes estar tranquilo. Esto es porque cuando los espíritus malos entran en el cuerpo de una persona, lo contaminan, haciendo que el sufrimiento físico se apodere de ella”, dice.

Entre las diez señales de posesión más comunes están:

• Nerviosismo
• Dolores de cabeza constantes
• Insomnio
• Miedo
• Desmayos o ataques
• Deseos de suicidio
• Enfermedades de las que los médicos no consiguen determinar las causas
• Visiones de sombras o audición de voces extrañas
• Vicios
• Depresión

Si bien no afirmamos que todos los que sufren estos padecimientos están poseídas, para descartar cualquier cosa, realizamos los viernes la Reunión de Liberación donde, después de una oración de fe, los males salen de la vida de quienes los poseen.

No dudes en venir. Te esperamos.

Llegó muy mal y se fue siendo otra

Martha

“Llegué a la reunión sintiéndome muy mal, cansada y con mucho peso en la espalda, como si trajera cargando muchos kilos. De hecho, por lo mismo me costaba trabajo caminar y subir y bajar escaleras. Además, en mi familia y en mi trabajo tengo muchos problemas, pues hay mucha gente que me envidia.

Después de la oración, me siento muy bien y mucho más ligera. Parece como si me hubieran quitado todo ese peso de encima. Hasta puedo hacer las cosas que antes se me dificultaban”.

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