Separación de Dios
«No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.» (1 Corintios 7:2)
Dios, a través del apóstol Pablo, alertó a su pueblo que, para mantenerse puro, es necesario que haya fidelidad tanto del hombre como de la mujer, pues la fornicación o adulterio hace que se separen del Dios Altísimo.
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