¿El Reino de los Cielos no se hereda?

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Una vez más, el pasado domingo 4 de abril de 2020, miles de familias participaron del Santo Culto Online.

En dicha transmisión, el obispo Franklin Sanches dejó claro por qué algunos están frustrados espiritualmente si son buenas personas y de conducta intachable.

La lección que dejó el joven rico

La Biblia habla de un joven que era un buen muchacho: obedecía los mandamientos, no adulteraba, no era ladrón u homicida, tampoco defraudaba o deshonraba a sus padres. Y él le preguntó al Señor Jesús lo siguiente: «Maestro bueno, ¿qué haré para obtener la vida eterna?» (Marcos 10:17).

«Aquel hombre estaba acostumbrado a recibir todas las cosas con facilidades porque él era un joven rico, pero no era rico por esfuerzo propio, él era rico porque había heredado de sus padres […].

Es decir, así como él había heredado sin ningún esfuerzo la riqueza de sus padres, él quería también la vida eterna. Sin embargo, creía que la vida eterna sería regalada. Pero la vida eterna también tiene sus sacrificios», explicó el obispo Franklin.

En respuesta, el Señor Jesús le dijo a aquel joven qué le faltaba: «Anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme». (Marcos 10:21). En otra palabras, era necesario cumplir el primer mandamiento: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente» (Mateo 22:37).

«Él solo cumplía los mandamientos referentes al prójimo, pero no con respecto a Dios, porque Dios no era el primer amor de él. Lo que más amaba eran sus posesiones», señaló el obispo.

Hoy en día, de manera semejante al joven rico, hay quienes dicen: «Yo soy buena persona, no le hago mal a nadie. No sé por qué Dios me castiga de esa manera, yo ayudo a los pobres, le doy comida a quien lo necesita».

«Es decir, el religioso, en general, tiene ese concepto, de que por el hecho de tener solo una relación con su prójimo, eso lo va justificar ante Dios. Y la cosa no es así. Por eso, muchos están frustrados», agregó.

Entonces, ¿eso significa que Dios quiere que seamos pobres? No. Lo que Jesús quiere es que pongamos nuestro corazón en el Único Dios.

Para saber más, abajo podrás escuchar el mensaje completo: