Santo Culto online: Dios nunca le abandona ni le da la espalda

El domingo 23 de agosto fue el último día del Ayuno de Daniel. No obstante, este cierre fue marcado por la Fiesta de las Bodas del Cordero en la Universal. Durante la transmisión en línea de las 11 a. m., antes de iniciar la búsqueda del Espíritu Santo, el obispo Franklin Sanches comenzó con un mensaje para quienes se habían alejado de Dios o participaron por primera vez.

«No temas, pues no serás avergonzada; ni te sientas humillada, pues no serás agraviada; sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y del oprobio de tu viudez no te acordarás más.

Porque tu esposo es tu Hacedor, el Señor de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor es el Santo de Israel, que se llama Dios de toda la tierra.

Porque como a mujer abandonada y afligida de espíritu, te ha llamado el Señor, y como a esposa de la juventud que es repudiada —dice tu Dios.» (Isaías 54:4-6).

«Es decir, Dios nos llama justamente cuando llegamos al fondo del pozo, cuando ya no podemos contar con el apoyo ni la ayuda de nadie», explicó el obispo.

Y Dios continúa diciendo en Su Palabra: «Por un breve momento te abandoné, pero con gran compasión te recogeré.» (Isaías 54:7).

De acuerdo con lo que detalla el obispo, Dios nunca nos abandona ni nos da la espalda, en realidad, nosotros somos los que Lo abandonamos: «Nosotros somos los que creemos que podremos vivir lejos de Él. Es como el hijo que quiere irse de casa y dice: «Es mejor que me vaya porque ya no soporto vivir en esta casa». Él ya no quiere ser controlado, ni reprendido por el padre, entonces, prefiere irse. Aunque el padre sabe que él va a sufrir, lo deja. […] Y usted que es padre conoce el dolor cuando vio a su hijo cruzando la puerta, porque sabía que iba a sufrir por aquella decisión, pero ya no podía impedírselo. Así es Dios con nosotros».

«Cuando una persona decide abandonarlo (porque piensa que es mejor sin Él), Dios no puede impedírselo, aunque Él sufre. Como Padre, sufre, siente el dolor, porque sabe que, cuando nos alejamos de Él, el precio que vamos a pagar es muy alto, es un precio de mucho sufrimiento», agregó el obispo.

«En un acceso de ira escondí mi rostro de ti por un momento, pero con misericordia eterna tendré compasión de ti —dice el Señor tu Redentor.» (Isaías 54:8).

Dios ha tenido compasión de todos, por eso, el obispo dijo: «Hoy Él quiere entrar en su vida, Él quiere que el Espíritu Santo habite dentro de usted, para que entienda que no hay mejor lugar para estar que en la Casa de Dios, en la presencia de Dios».

Después de ministrar la búsqueda del Espíritu Santo, el obispo Franklin finalizó con el siguiente mensaje: «Cuando el Espíritu Santo entra, es imposible que usted no lo note, porque Él le llena de tanta alegría, de tanto gozo, que hasta olvida que tiene problemas. […] ¿No va a tener problemas? Sí. Solo que nada le va a vencer. Puede estar seguro de eso, […] porque tiene al Todopoderoso dentro de usted. Por eso tiene que ser su prioridad. El Espíritu Santo no puede ser opcional».