¿Sabe utilizar la autoridad que Dios le da?

En un momento en que Israel estaba en crisis, Dios le dio la visión del valle de huesos secos al profeta Ezequiel. El Señor lo hizo caminar por el lugar y ver bien la situación de aquellos cadáveres antes de hacer que lo imposible sucediera: los huesos se convirtieron en cuerpos vivos.

Pero ¿cuál era la clave? Simple: autoridad.

La autoridad es una autorización para usar poder. Si usted obedece la Palabra de Dios, se inlcina a Ella, recibe, espiritualmente, un distintivo, que garantiza que lo que usted determine sucederá.

Ezequiel profetizó y los huesos se convirtieron en un gran ejército, un milagro. Como describe la Biblia, lo que ocurrió primero fue la unión de los huesos, formando esqueletos:

“Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.”  (Ezequiel 37:7).

“La primera cosa que Dios hace cuando usted usa la autoridad es poner su vida en el eje, dándole sabiduría para organizar todo”, explicó el obispo Edson Costa.  

“Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.” (Ezequiel 37:8-9).

“Después, Él le da poder para tomar una actitud, tener el control de la situación. Por lo tanto, le da apariencia a lo que no tenía forma y el Espíritu de la Victoria entra y engendra un campeón”, afirmó el obispo.

Los más ansiosos quieren ver las conquistas rápidamente, pero el obispo advirtió que no llegan de la noche a la mañana: “Es un proceso: los huesos se juntan, los tendones aparecen, después la carne, la piel, hasta que se ponga de pie. ¿Aún no ha visto el resultado que le gustaría ver? No reclame, continúe caminando, usando la fe, profetice y tenga la seguridad de que Dios le va a honrar”.

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