Roncar enferma tanto a quien lo hace como a quien lo rodea

Quien ha dormido con o cerca de una persona que ronca sabe lo incómodo que es. Sin embargo, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Queen, en Canadá, esto podría pasar de una molestia a un riesgo para la salud, es especial para la audición, puesto que hacerlo constantemente equivale a dormir junto a una máquina industrial, y el oído más expuesto a los ronquidos es el más dañado.

A su vez, otras investigaciones han revelado que el ruido puede elevar la presión arterial; la falta de descanso por esta razón puede propiciar cuadros de ansiedad y depresión, daños en la memoria, en la regulación del metabolismo, estrés, irritabilidad; aumenta la posibilidad de cometer errores al realizar las actividades cotidianas y reduce la productividad en una persona.

No se debe olvidar que el roncador es el principal perjudicado y que, de hecho, este problema podría ser una señal de aviso. «El ronquido es una alerta que el cuerpo emite ante la presencia de alguna deficiencia respiratoria que, a su vez, puede ocasionar infartos o enfermedad cerebro vascular», indica Reyes Haro, director del Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño.

Especialistas en el tema sugieren atenderse oportunamente para evitar que el hábito de roncar se convierta en un Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS), que no solo repercutirá en la calidad de vida del paciente, sino también en las personas que le rodean.