Riqueza en el corazón
«Hay un grave mal que he visto bajo el sol: las riquezas guardadas por su dueño para su mal» (Eclesiastés 5:13).
La riqueza hace daño cuando el hombre la pone en su corazón, lugar que solo puede ser llenado por Dios. Pues Su Espíritu es el que nos hace ricos y nos deja en completa satisfacción y gozo.
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