Racismo en el fútbol: los agresores no ven el problema

El 21 se marzo es el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

«Movimientos extremistas y racistas de diversa índole, basados en ideologías que pretenden promover programas populistas, nacionalistas y de derechas, así como la superioridad racial, y destacando que esas prácticas alimentan el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, a menudo dirigen sus acciones a migrantes y refugiados, así como a personas de ascendencia africana», destaca la ONU al señalar un problema mundial que hasta hoy en día prevalece.

Por eso, para luchar contra la discriminación racial, el 21 de marzo es el día elegido para crear conciencia al respecto de este problema. Sin embargo, en las noticias podemos darnos cuenta dicha situación se repite reiteradamente, hasta en el fútbol…

Racismo en el fútbol

«No me di cuenta de los insultos racistas, noté una actitud provocadora de un futbolista». Esa fue la declaración realizada por el presidente del equipo de fútbol Vitoria de Guimarães, Miguel Lisboa. Esto sucedió después de que los aficionados de su equipo utilizaron insultos racistas para retirar del juego al delantero adversario Moussa Marega.

De acuerdo con lo que muestran decenas de videos publicados en las redes sociales, Marega fue ofendido desde que el equipo de Porto subió para calentar antes del juego. Durante todo el partido, él fue insultado. Sin embargo, en el segundo tiempo, cuando anotó un gol, el racismo se volvió insoportable. Marega se quejó con el árbitro y fue advertido con una tarjeta amarilla. Indignado, abandonó el campo. Solo y sin apoyo, ni siquiera sus compañeros de equipo intentaron hacerlo pasar por alto la situación.

El caso generó protestas de varios equipos de todo el mundo. Todos apoyando al delantero. Hasta el propio presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, expresó lo siguiente:

«El pueblo portugués sabe, hasta por experiencia histórica, que el camino del racismo, de la xenofobia y la discriminación, además de representar la violación de la dignidad de la persona humana y de sus derechos fundamentales, es un camino dramático en términos de cultura, civilización y de paz social […]. Por todo esto, el Presidente de la República solo puede condenar, como siempre, vehementemente, todas las manifestaciones racistas, cualesquiera que sean».

El único involucrado que sigue negando la situación registrada en video es quien debería haberse disculpado inmediatamente: Miguel Lisboa.

«Hubo comportamiento provocativo de parte de los profesionales del fútbol que pretendieron incendiar el espectáculo», afirmó. Para el dirigente, Marega tiene un historial de mantener «comportamientos inadecuados».

El tiempo perdido con el necio

La Biblia orienta lo siguiente. «No hables a oídos del necio, porque menospreciará la prudencia de tus razones» (Proverbios 23:9).

¿Qué relación tiene este versículo con el racismo? En un artículo, el obispo Renato Cardoso utiliza este pasaje para referirse a los racistas: «Hay personas que simplemente no reaccionan ante un argumento inteligente. Por alguna razón es como si su masa encefálica se hubiera convertido en gelatina. No funciona. Es el caso de las personas prejuiciosas por ejemplo».

De acuerdo con el obispo, «el prejuicio, por definición, no es resultado de la inteligencia. Una persona que considera a otra inferior por el color de piel, la nacionalidad, la religión u otra característica, no está usando la inteligencia. Y si no se volvió prejuiciosa por razones inteligentes, tampoco dejará de serlo por ellas».

De la misma forma, millones de personas en todo el mundo siguen cometiendo racismo sin asumir la agresividad de sus actos.

Las expresiones racistas permanecen en el vocabulario de mucha gente, que no ve maldad al utilizarlas; así como no consideran malas las “bromas” racistas. Lamentablemente, con personas así no se puede mantener un diálogo. Ellas no quieren aprender sobre el racismo ni eliminar sus prejuicios. Por eso, el obispo orienta lo siguiente:

«A veces usted solo tiene que dejar que la insensatez del insensato termine enseñándole la lección que usted arduamente intentó pero no logró enseñarle. En cuanto a eso, hable con quien quiera oír, enséñele a quien quiera aprender».