Quizá lo que necesitas son unas tijeras

Sabemos que unas tijeras sirven para cortar cosas. Y, una vez, el Señor Jesús dijo que hay situaciones en nuestra vida en la que los cortes son necesarios:

«Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y échala de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno.» (Mateo 5:29-30).

«Obviamente, Jesús no estaba promoviendo aquí la automutilación, que cortes un miembro de tu cuerpo. Él estaba expresando a través de un ejemplo un poco agresivo cuán importante es que nosotros cortemos de nuestra vida ciertas actitudes que pueden, literalmente, llevarnos al infierno», explicó el obispo Renato Cardoso.

Una decisión

A veces, nos apegamos a bienes, actitudes o personas que nos agradan, sin embargo, nos hacen daño espiritualmente. Durante un instante, pon en una balanza los pros y los contras de cualquier cosa a la que te apegaste y evalúa si realmente vale la pena.

«Jesús estaba diciendo: usted perderá una cosa, pero ¿qué prefiere perder, un ojo o todo el cuerpo? Por lo tanto, es una elección difícil, porque quien quiere ganar tendrá que perder», analizó el obispo.

Así pues, solo hay un camino hacia la salvación eterna, que involucra cortar de tu vida lo que te impide seguir en este camino. Corta lo que ves, lo que lees, lo que consumes, lo que le das atención y te está conduciendo hacia la condenación.

Entonces, hazte una autoevaluación: si alguna parte de tu vida te hace pecar, toma una decisión ahora mismo y no continúes con eso.

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