¿Quién se enamora primero: el hombre o la mujer?
Descubre aquí si los hombres o las mujeres que enamoran primero
Contrario a lo que la mayoría de las personas pudieran pensar, son los hombres los primeros en enamorarse y esto se comprobó gracias a estudios realizados por la Universidad de California. De acuerdo a las investigaciones, los hombres son los primeros incluso en decir “te quiero” y en ser mucho más románticos.
Por otro lado, también se dio a conocer que, a las mujeres, les lleva un poco más de tiempo expresar este sentimiento, esto se debe a que al enamorarse el cerebro de los hombres experimenta una mayor actividad relacionada con lo visual. Ellos sienten pasión por algo tan solo con verlo, mientras que en el cerebro de las mujeres se activa la zona relacionada con todo lo que tiene que ver con los recuerdos.
Este estudio también reveló que los sentimientos de los hombres son más profundos y que crecen con mayor rapidez, aunque también depende de la competencia que tengan a su alrededor, es decir, que la rapidez con que se enamoran de una mujer es directamente proporcional a la competencia. Si la mujer en cuestión es muy asediada por varios hombres, el enamoramiento surge con mayor rapidez (Nota: enamoramiento y amor no son lo mismo; el enamoramiento es inestable; mientras el amor es estable, fuerte y consciente).
También se encontró que los hombres tardan más tiempo en olvidar a sus exparejas y se sienten frustrados, tristes y desesperados luego de una ruptura, mientras que las mujeres buscan a sus ex con mayor frecuencia, aunque ellas sean las que inicien el proceso de la ruptura.
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“Desde que la vi por primera vez, me enamoré de ella; pero mi actitud la alejaba”
“Desde que vi a mi esposa por primera vez me enamoré de ella, así que no dudé en pedirle que fuera mi novia. Pasó el tiempo y decidimos unir nuestras vidas. Sin embargo, la buena relación que pudimos llevar, no se logró porque yo era egoísta, era alcohólico y lo que mi mujer sentía al respecto no me importaba tanto como beber.
Mis hijas me decían que cambiara, pero pese a sus súplicas, no lo hacía. Entonces dijeron que preferirían no tenerme a su lado, porque mi actitud las lastimaba. Al ver la situación, mi suegra, quien ya asistía a la Universal, oró por la restauración de mi matrimonio. Después nos invitó a la Terapía del Amor.
Fue un proceso lindo, porque allí recibimos asesoría para manejar de manera inteligente nuestra relación. Me di cuenta de mis errores y los corregí. Dejé el vicio. Las charlas que se brindan los jueves me permitieron sacar lo mejor de mí. De esta manera, le brindé un amor de calidad a mi esposa. Hoy tengo la seguridad de que la amaré por el resto de mis días. Veo felicidad en sus ojos y a mis hijas alegres.” – Carlos de la Rosa.
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